Pedro Toledo: el gestor que permaneció callado
EL PAÍS Pedro Toledo, que ahora hace casi un año fue nombrado presidente de la quinta institución financiera nacional, fue el único representante de los grandes bancos que no asistió a la reunión del Consejo Superior Bancario en la que se dio autorización para que el Bilbao presentara una OPA contra Banesto. No estuvo, permaneció mudo durante esas semanas. Después, también. En medios del sector financiero se decía entonces: "esto significa que Toledo está pensando algo".
El presidente del Banco de Vizcaya ha dicho en varias ocasiones que "lo pequeño es hermoso". Curiosamente, mientras realizaba esos halagos se metía de lleno en un proceso de crecimiento acelerado de la dimensión del grupo que dirige, mediante la adquisición de buena parte de los bancos que en los primeros años ochenta fueron entrando en crisis. Es un experto en equipos humanos y en movilización de recursos inteligentes.
El silencio que guardó entonces presagiaba que algo iba a ocurrir, pero pocos pensaban que la jugada que se estaba diseñando consistía en iniciar la fusión de dos casas "históricamente enfrentadas", aunque alguna vez se haya estudiado unir a las dos entidades vascas. Salía de candidato a absorber en cualquier operación. Al final, ha alcanzado un, acuerdo amistoso con sus vecinos más próximos.
