Diferencias con Semana Santa

La rebelión protagonizada por el ex teniente coronel Aldo Rico desde el pasado 15 de enero, desarrolló una metodología similar a la que empleó en el amotinamiento de Semana Santa, con el que arrancó algunas concesiones al Gobierno. En esta ocasión, la diferencia la estableció la actitud disciplinada de la gran mayoría de los mandos del Ejército.En abril pasado, las órdenes y contraórdenes, las dudas hasta saber en qué campo caía la pelota, las insubordinaciones y las demoras como la de una columna de blindados que tardó 48 horas en recorrer 20 kilómetros para llegar a la Escuela de Infantería, donde se atrincheró Rico, compusieron el cuadro exhibido por el Ejército. El 16 de enero los regimientos del norte de Argentina se movilizaron de inmediato y recorrieron cientos de kilómetros en pocas horas para rodear a Rico en el regimiento de infantería de Monte Caseros.En Semana Santa fueron frecuentes las visitas de civiles al cabecilla de la rebelión, incluso desde algunos sectores políticos se justificó la desobediencia al alto mando por el "injusto" trato dado a los militares que combatieron en la guerra de las Malvinas y reprimieron a sectores izquierdistas y a quien no tenía nada que ver durante la dictadura militar. Pero en esta ocasión ni una sola voz se alzó para justificar la sublevación.

Una huida vergonzosa para eludir la justicia de sus pares, una versión que aseguró que Rico fue herido en un atentado, desmentida después por la propia víctima, eran antecedentes que imposibilitaban el mínimo respaldo. Para completar el panorama, el prófugo atribuyó su actitud al "manoseo" del proceso por el motín de Semana Santa. En la lógica de Rico cualquier ciudadano sometido a juicio puede protagonizar un desacato con armas en la mano si el juez no es de su agrado.

La sociedad argentina e incluso los compañeros de armas de Rico demostraron estar hartos de la afición en apariencia redentora de un militar fanático. Como dijo el diputado radical, Jesús Rodríguez, los incidentes sirvieron para el surgimiento de un fenómeno político nuevo: la actuación de las Fuerzas Armadas en bloque para evitar la ruptura del sistema democrático.