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Guerra de amenazas entre las dos Coreas por el atentado contra el avión de la KA

El régimen comunista de Corea del Norte amenazó ayer con ejercer "represalias decisivas" en contra de Corea del Sur, mientras que las autoridades de Séul pusieron un estado de alerta especial a sus 600.000 efectivos militares e iniciaron una campaña diplomática contra su vecino del Norte. La guerra de amenazas entre las dos Coreas se desató este fin de semana, después de que, el viernes, el Gobierno de Séul acusará al régimen de Pyongyang de haber "planeado cuidadosamente" el atentado del pasado noviembre contra un avión de la Korean Air (KA), en el que murieron 115 personas.

El ministro de Defensa surcoreano, Chung Ho Yung, dijo que su país no dejará pasar este incidente "sin una apropiada respuesta y represalia", en tanto que el ministro de Exteriores, Choi Kwang Soo, afirmó que se harán "todos los esfuerzos diplomáticos posibles" para castigar a Corea del Norte por el sabotaje. Las autoridades surcoreanas presentaron el viernes el testimonio de la joven Kim Hyon Hul, de 26 años, presunta autora material del atentado, quien admitió ante la televisión su participación en el hecho. "Ahora quisiera morir cien veces", dijo la chica, cuyo compañero en el comando saboteador se suicidó poco después de ser detenido en Dubai, donde ambos se bajaron en una escala del avión. "Pero antes de morir he decidido revelar toda la verdad", añadió la joven, a quien Corea del Sur acusa de haber actuado bajo las órdenes directas de Kim Jong II, hijo y heredero político del líder norcoreano Kim II Sung.

Seúl anunció ayer que hará un llamamiento en la ONU para condenar a Corea del Norte por el atentado y pedirá a la Organización Internacional de la Aviación Civil (OIAC) que rechaze una solicitud de admisión presentada por el régimen de Pyongyang. Ninguna de las dos Coreas es miembro de la ONU, por lo que Seúl pedirá a EE UU y a Japón que presenten la resolución contra su vecino. Corea del Sur también denunciará el hecho ante el Comité Olímpico Internacional.

La agencia de noticias norcoreana KCNA, recibida en Tokio, desmintió ayer cualquier vinculación de ese país con el atentado, y exigió a Seúl que retire sus acusaciones, "salpicadas de mentiras" en su contra. De lo contrario, según la agencia, Corea del Norte "responderá a las provocaciones del enemigo con una represalia decisiva". La KCNA acusó, en cambio, a Corea del Sur de haber preparado el atentado con fines propagandísticos.

Por otra parte, el ex jefe de la policía nacional surcoreana Kang Min Chang fue detenido ayer tras dos días de interrogatorios, acusado de haber intentado ocultar las causas de la muerte, hace un año, del estudiante Park Chong Chul, de 21 años, torturado en los cuarteles policíales. Pese a ello, unos 1.500 jóvenes opositores al régimen surcoreano se manifestaron violentamente en la universidad de Yonsei ayer para exigir la dimisión del Gobierno por la muerte de su compañero.

Durante la investigación judicial, un médico forense declaró que Chang le obligó a firmar un acta de defunción de Chul, según el cual éste falleció por una crisis nerviosa y no por las torturas que recibió.

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