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Ortega anuncia negociaciones directas con la 'contra' y el levantamiento del estado de emergencia

Antonio Caño

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se comprometió ayer ante sus colegas centroamericanos a levantar desde hoy el estado de emergencia, dialogar inmediatamente y de forma directa con la contra y decretar una amnístía total en el momento en que se logre una concertación del alto el fuego, todo ello en el marco de un acuerdo para revitalizar el plan de paz de Esquipulas 2. Vinicio Cerezo, presidente de Guatemala, dijo que la responsabilidad de la paz en Centroamérica "pasa ahora a los norteamericanos", cuyo Congreso debe votar el mes próximo sobre una nueva ayuda de 270 millones de dólares para la contra.

Otra vez contra la voluntad expresa de la Administración de EE UU y otra vez contra todo pronóstico, los cinco presidentes de Centroamérica se pusieron de acuerdo en Esquipulas 3 en la necesidad de lograr la paz y la democratización en la región, mediante un mecanismo de obligaciones en el que el mayor peso recae sobre Nicaragua.El Gobierno sandinista, según declaró Daniel Ortega, ha accedido, "como una muestra más de voluntad firme para alcanzar la paz a satisfacer los tres compromisos que le restaban para el total cumplimiento de los acuerdos de Guatemala. El levantamiento del estado de emergencia que, según Ortega, no está condicionado a la aprobación de la ayuda norteamericana para la contra, incluye además la abolición de los Tribunales Populares Antisandinistas, los famosos TAP, que, desde la entrada en vigor de esa legislación especial, en 1982, han juzgado todos los casos políticos, incluido el del norteamericano Eugene Hasenfus.

El decreto de amnistía entraría en vigor, según Ortega, una vez que se consiga el acuerdo para la concertación del alto el fuego, al mismo tiempo que podrán entonces incorporarse a la vida civil los dirigentes de la contra que lo deseen, o bien permanecer como refugiados temporalmente en cualquier país centroamericano.

Tres compromisos

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Las medidas anunciadas por Nicaragua son, en opinión de los observadores, un último intento de evitar la aprobación de más ayuda a la contra. Los dirigentes nicaragüenses asumen así el riesgo que supone hacer todo aquello que habían asegurado que jamás harían. A cambio de eso, han conseguido en San José, simplemente, la promesa de sus colegas de Honduras, Costa Rica y El Salvador de que será verificado específicamente el cese del apoyo de sus territorios para las actividades de la contra.

Los presidentes centroamericanos firmaron en San José el cumplimiento "inmediatamente, sin resistencia ni soslayo, de forma pública y evidente", los siguientes compromisos:

- El inicio de conversaciones para concertación del alto el fuego en los países afectados por conflictos.

- La amnistía general.

- La democratización, que necesariamente incluye: a) el levantamiento del estado de emergencia.b) el pluralismo político.c) la libertad de Prensa. d) el no funcionamiento de tribunales especiales.

En todos esos puntos la vista está puesta en Nicaragua, que a cambio, dirige la mirada hacia sus vecinos para el cumplimiento del último apartado de la Declaración de San José: "Los acuerdos de Guatemala incluyen compromisos que requieren la verificación específica, particularmente de la ayuda a grupos irregulares, y el no uso del territorio para el apoyo a grupos insurgentes". Igualmente se afirma, tal vez pensando en las próximas elecciones legislativas y municipales en El Salvador, que "la libertad efectiva de los procesos electorales debe ser verificada por la Comisión Nacional de Reconciliación".

Los presidentes centroamericanos han decididio también en dos días de reuniones en la capital costarricense prescindir de la participación de los Grupos de Contadora y de Apoyo en la Comisión Internacional de Verificación y Seguimiento (CIVS) cuyo informe, postivo para Nicaragua, ha sido muy criticado por Honduras y El Salvador. La labor de verificación de los acuerdos de Guatemala y de los compromisos adoptados ayer se encarga ahora a la comisión ejecutiva de Esquipulas 2, integrada por los cinco cancilleres centroamericanos.

El presidente Ortega anunció que ya ha empezado a trabajar para la convocatoria de una primera ronda de negociaciones directas con la contra, en las que también participarán asesores extranjeros y se mantendrá al cardenal Miguel Obando y Bravo como mediador. El jefe del Estado costarricense, Óscar Arias, satisfecho por este nuevo éxito, ha ofrecido su territorio para la celebración de ese diálogo, del que Ortega dijo que estaría limitado a los aspectos técnicos para la concertación de un alto el fuego.

Tanto Daniel Ortega como Vinicio Cerezo confiaron en que, con estas medidas, el Gobierno norteamericano renuncie a solicitar nueva ayuda para la contra. El presidente de Nicaragua dijo que la aprobación de un solo dólar para los rebeldos antisandinistas sería "matar los acuerdos de paz de Centroamérica". El presidente de El Salvador, Napoleón Duarte, quien con más violencia había atacado en días anteriores a Nicaragua declaró que las decisiones anunciadas por Ortega demuestran que se ha avanzado.

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