Moscú tiende la mano a Pekín

El deshielo de las relaciones entre China y la Unión Soviética acaba de franquear una nueva etapa con la publicación de la primera entrevista exclusiva de Gorbachov en el semanario chino Kiaowang (Perspectivas) el pasado día 11. Éste puntualiza acerca de la normalización entre China y la Unión Soviética. Además de los intercambios comerciales y técnicos, "actualmente hay en marcha un diálogo político. Creemos que la conclusión lógica de este diálogo será una reunión en la cumbre. Ambos países consideran que esta reunión es una necesidad objetiva. Nosotros confiamos que las dos partes sabrán encontrar una solución aceptable".

Pero tal vez lo más importante sea lo que no figura en la entrevista. El periodista ch¡no no pregunta a Gorbachov sobre ninguno de los tres obstáculos que ve Pekín a la normalización: la presencia vietnamita en Camboya, la presencia militar soviética en la frontera entre los dos países y el conflicto de Afganistán.

El mes pasado, el viceministro soviético de Asuntos Exteriores, Rogachev, rechazó la condición impuesta por Deng Xiaoping a una cumbre: que la URSS presione a Hanoi para desbloquear la situación en Camboya.

Esta repentina discreción por parte de los chinos no significa que los obstáculos hayan desaparecido, pero no cabe duda que Pekín espera propuestas más concretas del Kremlin.

12 de enero

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