El tiempo de los Ribalta

Siguen existiendo numerosas lagunas en lo que se refiere al estudio, análisis y revisión de importantes parcelas de nuestro pasado artístico, incluso en lo que afecta a algunas figuras o períodos fundamentales. Por ello mismo debemos saludar con entusiasmo el desarrollo de iniciativas como la de la muestra sobre Los Ribalta y la pintura valenciana de su tiempo, que fue presentada inicialmente en La Lonja de Valencia. La exposición nos acerca a un momento y un contexto de efectivo interés en el umbral de nuestra pintura barroca.Junto a figuras como las de los Ribalta, Juan Sariñena o Pedro Orrente, hay en este panorama otro protagonista, hasta cierto punto entre bambalinas: el arzobispo patriarca Juan de Ribera, cuya efigie está presente en la exposición a través de dos retratos suyos pintados por el propio Sariñena y, por Urbano Fos. Gran impulsor de las artes e introductor y, acérrimo defensor del nuevo espíritu contrarreformista en la. Valencia de inicios del siglo XVII, la influencia político-espiritual de Juan de Ribera. orientó, decisivamente el cambio sufrido por la pintura valenciana durante este período. Dicho cambio, que es el argumento que esta exposición nos describe, conduce desde las postrimerías de la escuela marcada por Juan de Juanes y su idealismo de corte rafaelesco al arraigo de las corrientes naturalistas y los temas impuestos por la contrarreforma.

La muestra analiza esta transición decisiva y las diversas ramificaciones que cobra en la pintura valenciana del momento. En ese sentido, están presentes cuantos pintores juegan un papel significativo dentro de este panorama, pero el acento mayor de la selección sé orienta obviamente hacia la obra de personalidades que, como Francisco Ribalta, su hijo y discípulo Juan o el murciano Pedro Orrente, abren una dimensión más intensa en el prebarroco valenciano. Esta exposición- nace del ejemplar esfuerzo investigador del profesor Fernando Benito Domenech, comisario de la muestra y autor del importante catálogo que la acompaña. Entre una y otra empresa no sólo se ha desarrollado un intenso esfuerzo de análisis histórico, redefiniendo numerosas atribuciones o sacando a la luz a algunos artistas casi ignorados, sino que se han recuperado y restaurado un buen número de obras.

Marcada exclusivamente por los temas sacros definidos por las ideas de la contrarreforma y la deuda en exceso directa de los nuevos modelos italianos -como en el caso de Sebastiano del Piombo para una parte de la obra de Francisco Ribalta o de Leandro Bassano para su fiel discípulo Orrente-, la muestra, en su conjunto, que atiende por igual a autores mayores y menores, resultará seguramente más atractiva al público especializado que al general. Pero todo buen aficionado celebrará el encuentro con piezas como el San Juan evangelista, de Juan Ribalta; el espléndido San Sebastián, de Orrente, o, entre otras, el Calvario, el San Bruno y ese tremendo Abrazo de San Francisco al Crucificado que pintara Francisco Ribalta.