Solana

Un como cierto clima de colegio mayor del SEU, un como sabor a sopa boba de cultura estatal es lo que Javier Solana ha metido en la intelectualidad española (y sus demostraciones fuera de España), en los años que lleva de mandato, muchos o pocos, pero siempre demasiados. La culpa no es suya, claro. La culpa es del reparto de carteras. La cultura, en España, siempre se les encomienda a las mujeres o a los químicos, así como dice mi maestro Luis Rosales que todas las películas son de médicos o de chinos.O sea que la cultura es cosa de poco momento. Una vez, al principio de lo suyo, Solana me invitó a almorzar en Platerías para pedirme ideas:

-Déjate de subvencionar a cuatro piernatas con una silla que quieren imitar a Beckett. Saca una ley del Libro y pasarás a la Historia.

-Es que yo no quiero pasar a la Historia.

Y ahí se acabó el diálogo. Pero al final han hecho una ley de la Propiedad Intelectual, siquiera sea aleve y vagamente socialdemócrata. Porqueruá, porqueruá. Estos sociatas, con el tema de la cultura, no están haciendo más que porqueruá. Es decir, cultura oficial de pompa y circunstancia, como meter a los muertos por Cartagena y a los vivos por el Cervantes (que aún no han dado a Cela ni a Delibes, puach), o culturata de asociados ferracistas o compañeros de viaje, tontos útiles, tontos inútiles, listos que no van de nada y algunos intelectuales del star/system a quienes la cultura/propaganda oficial ha erosionado, pero que se están tomando ya "la venganza del star/system, como en el cine". Y hacen bien.

Es tanto, se produce el "caso Lledó" y otros casos Lledó, que ya sé que son de otro ramo, pero a mí me da igual: si hay desconexión entre ministerios afines es que el mal se generaliza. Franco y el franquismo necesitaban a veces tirarse el nardo de premiar/glorificar a un liberal, pues que eso les justificaba mucho. Éstos, como se sienten tan justificados, y como los liberales son ellos, han llegado al círculo cerrado y la ronda de los funerales optimistas en vida, más la aportación-denuevos-valores (de la que no sale ni Dios), que les brindan los órganos pertinentes. Los nuevos "flechas" de la situación, los cadetes, los balillas, los boy/scouts de la democracia, se dejan llevar de excursión política con tal de publicar un soneto/Cavafis. Entre el baile de la Celebración, donde se celebra a los grandes gauchistes del exilio mientras se aniquila el gauchisme, e incluso el gauchismo, y las excursiones dominicales de los flechas (toda la cultura es domingo), a Solana le queda el vacío de la cultura real, de la intelectualidad/verdad, la que nutre a la gente y está en la calle, la que hace historia y luego es hecha/deshecha por la Hisztoria. Pero Solana ya me dijo que él no quería pasar a la Historia. A lo mejor la Historia no quiere que pase Solana.

Me parece que ha hablado uno más arriba de la cultura como domingo, de los domingos culturales, de la cultura dominical. Un novelista español tiene un personaje que todos los domingos pinta la Purísima, y cada domingo le sale más azul el azul Purísima. Pues en esto estamos. La cultura como domingo, los domingos culturales son una cosa pequefloburguesa, y ya cuando Albert Camus se hizo socialista moderado, le acusaron de pequeñoburgués, y lo era. Esperemos que nuestro socialismo no lo sea. Las propuestas planetarias de González desmienten esto. Pero en lo cultural la Purísima nos sale más azul cada domingo. Eso sí.