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Fallece en Barcelona uno de los marineros heridos en un atentado antinorteamericano

Ronald Strong, uno de los cinco marineros estadounidenses heridos el pasado sábado en un atentado perpetrado contra un club privado de la United States Organization (USO) en Barcelona, falleció a las cuatro de la madrugada de ayer, tras ser intervenido quirúrgicamente en el hospital del Mar. Mientras continúan las investigaciones sobre la autoría de la acción, un testigo presencial asegura haber oído cómo uno de los dos presuntos terroristas que perpetraron el atentado gritó "¡Viva Líbano!" en el momento de lanzar las granadas, según fuentes policiales. Este hecho apoya la hipótesis de que el atentado es obra de un grupo terrorista árabe. Las organizaciones independentistas catalanas Terra Lliure y el Ejército Rojo Catalán de Liberación (ERCA) se han atribuido la acción, aunque la policía duda de estas autorías.

El marino fallecido en la madrugada de ayer ingresó en estado de choque y con múltiples lesiones torácico-abdominales provocadas por fragmentos de metralla, según el parte médico facilitado por el hospital, por lo que fue intervenido de urgencia y se le detectó "hemoperitoneo y hemotórax superiores a cuatro litros de sange", según el parte médico. El herido falleció cuatro horas después de ser intervenido por alteraciones irreversibles de la coagulación. Los otros heridos ya han sido dados de alta.El más grave de estos últimos, Tood Ringwelski, de 21 años de edad, abandonó el hospital del Mar a las 15.00 horas de ayer, tras ser intervenido de las heridas articulares que sufrió en el tobillo derecho por el impacto de la metralla. Daniel Powell, el marino que fue ingresado en el hospital Clínico con heridas en la espalda y en el glúteo, fue dado de alta a mediodía de ayer. Los otros dos marinos, Wayne Andrews y Randy Corner, abandonaron el hospital del Mar a las pocas horas de su ingreso.

Los sevicios de seguridad del consulado de los Estados Unidos en Barcelona y la policía española trabajan conjuntamente para esclarecer la autoría del atentado. En ambos medios se duda de la autenticidad de las reivindicaciones que realizaron a diversos medios de comunicación Terra Lliure y el ERCA. Según un testigo presencial de los hechos, un hombre de baja estatura y de tez morena, que iba acompañado

por otra persona, fue el autor del lanzamiento de dos granadas de mano contra la puerta del local. Testigos presenciales aseguraron haber visto a un hombre de tez morena que corría, tras arrojar uno de los artefactos y que podía tratarse de una persona de rasgos árabes. La policía asegura que, según un testigo, el autor de la acción gritó "viva Líbano" momentos antes de tirar las granadas.

Un local sólo para marinos

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El local que sufrió el atentado es un establecimiento de la United States Organitation (USO). Este local, al que sólo tienen acceso los marinos norteamericanos y que se abre únicamente si hay algún barco de la Armada de los EE UU en el puerto, sirve como centro de reunión de los marinos. En estos establecimientos pueden realizar cambio de moneda.

Los vecinos del inmueble habían manifestado en alguna ocasión su preocupación por la existencia de este establecimiento en los bajos del edificio. El año pasado solicitaron a los propietarios del bar Iruña, que tiene alquilada una parte de su restaurante a la USO, que realizase las gestiones necesarias para que las personas que regentaban el club privado retirasen el cartel de USO de la entrada principal del inmueble. Alguno de los vecinos estaba enemistado con el propietario del restaurante por todo este conflicto.

La comunidad de inquilinos

del número 2 de la plaza del Duque de Medinaceli, lugar en el que se perpetró el atentado, tiene convocada una reunión para hoy con el fin de decidir qué tipo de acciones han de realizar para que el local de USO se traslade a otro lugar. Con anterioridad, el club USO de Barcelona estaba ubicado en la plaza Real.Los dos buques de guerra estadounidenses anclados en el puerto de Barcelona, que zarparán hoy adelantando su partida, reforzaron ayer sus medidas de vigilancia y toda la tripulación permaneció a bordo.

El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, condenó el atentado y calificó la acción de "crimen execrable", mientras que el Departamento de Estado norteamericano expresó ayer en Washington su "tristeza y cólera" por el atentado y precisó que cooperará con las autoridades españolas para el esclarecimiento de los hechos, informa Reuter.

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