La 'contra' y los sandinistas se atribuyen la victoria en los últimos combates

Tanto los rebeldes nicaragüenses como el Ejército sandinista aseguran haber salido victoriosos en la lucha que se ha desarrollado en torno a las localidades mineras de Siuna, Rosita y Bonanza, 250 kilómetros al norte de Managua. La ofensiva de la contra en esta zona se inició el domingo, coincidiendo con la llegada a Santo Domingo de las delegaciones de los dos bandos que combaten en Nicaragua para celebrar conversaciones para un alto el fuego, que posteriormente fracasaron.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció ayer que por lo menos 100 rebeldes resultaron muertos en las batallas que llevaron a la reconquista por las tropas sandinistas de las tres ciudades mineras que habían caído en manos de los rebeldes. Ortega indicó asimismo que las fuerzas gubernamentales habían perdido 24 militares y que se habían producido 16 bajas entre la población civil.Ortega definió la operación como "una clamorosa victoria" de las tropas sandinistas y afirmó que "en ningún momento" los contras habían podido ocupar ninguna de las tres localidades. El presidente nicaragüense añadió que las tropas rebeldes habían tomado rehenes entre la población civil para proteger su retirada hacia las zonas selváticas frenterizas con Honduras.

Los dirigentes rebeldes, sin enibargo, aseguraron que habían matado o herido a más de 260 sandinistas, pero no mencionaron sus propias bajas. Uno de los jefes militares de la contra, Enrique Bermúdez, dijo que el ataque a las tres ciudades norteñas era el mayor éxito militar de los rebeldes hasta la fecha. Desde una base secreta de la contra, situada en la frontera entre Nicaragua y Honduras, Bermúdez afirmó que había ordenado la retirada de sus tropas el lunes por la noche porque "ya habían conseguido sus objetivos".

En Washington, el Departamento norteamericano de Estado indicó que más de 4.800 rebeldes participaron en la operación contra la zona minera y que otros 3.000 colaboraron en operaciones de apoyo. Según Washington, los contras destruyeron una importante instalación de radar y capturaron abundante munición de origen soviético. Estados Unidos mostró su satisfacción por la operación de las fuerzas rebeldes, que en su opinión muestra la madurez de sus tropas".