El ACNUR presiona para que España no devuelva a cinco iraníes a Turquía
Franz Crenz, representante en Madrid del ACNUR (Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados), realizó ayer gestiones ante las autoridades españolas con el fin de que los cinco iraníes expulsados de Dinamarca a España no sean devueltos a Turquía, como pretenden las autoridades españolas y danesas, sino a Copenhague, donde intentaron, sin resultado, pedir refugio por razones políticas. Los cinco iraníes -dos mujeres, un hombre y dos niños- continuaban ayer bajo custodia policial en la zona internacional del aeropuerto de Barajas.
El ACNUR considera que los cinco iraníes presentan "razones fundadas para que se considere su petición de asilo en Dinamarca", país de donde fueron expulsados el miércoles, dos días después de su llegada en un vuelo de Iberia procedente de Estambul, vía Barcelona. La policía danesa impidió que los solicitantes salieran de la zona internacional del aeropuerto de Copenhague, donde los mantuvo incomunicados sin ni siquiera permitirles ponerse en comunicación con la sede del ACNUR en dicha ciudad.El intento de suicidio de un hombre y una mujer -ambos se cortaron las venas a bordo del avión de Iberia poco antes del despegue de Copenhague en dirección a Barcelona-, en protesta por su expulsión, sólo logró demorar tres horas la salida de dicho vuelo.
Los organizaciones interr.acionales que se ocupan de estos temas consideran insuficientes las razones expuestas por la policía danesa para justificar la expulsión del grupo de huidos. Dinamarca se basa en la aplicación estricta de la ley que prevé la expulsión de los solicitantes de asilo que hayan permanecido en otro país seguro antes de su llegada a la nación nórdica. Barcelona fue, en este caso, la escala previa de los iraníes, para los que es difícil llegar a Dinamarca desde Turquía sin realizar tránsitos intermedios.
Fuentes de la Comisión de Apoyo al Refugiado danesa dijeron a EL PAÍS que la política de restricciones de las autoridades de Dinamarca hacia los solicitantes de asilo se debe al incremento registrado en los últimos años en la colonia de refugiados iraníes en este país.
Por su parte, la Embajada danesa en Madrid negó ayer haber recibido informaciones en relación con los cincos iraníes que ayer permanecían en el aeropuerto de Barajas. Allí, según fuentes policiales españolas, se les ha proporcionado, alimento, alojamiento, revistas y una televisión en color.
Penosa odisea
La primera etapa de los iraníes que huyen de su país por inotivos políticos es Pakistán o Turquía, países a los que llegan tras penosos recorridos a pie. Ninguno de los dos es seguro.La mayoría de quienes pasan clandestinamente la frontera son devueltos sin coniiemplaciones. Posteriormenie, según organismos internacionales que se dedican a la protección del refugiado, se enfrentan a la vuelta con el castigo del régimen del ayatollah Jomeini, que puede llegar a la tortura, la prisión e incluso la muerte.
Por ello, los iraníes que huyen a Turquía intentan de inmediato hacerse con un pasaporte o visado falso -la mayoría de ellos sale de Irán sin documentación- para alcanzar un tercer país.
Una eficaz y floreciente red mafiosa les proporciona la documentación por precios situados alrededor de los 3.000 dólares (unas 330.000 pesetas), asequible para la mayoría de los refugiados iraníes, que suelen pertenecer a clases acomodadas.
En el caso de que su objetivo sea la República Federal de Alemania o Dinamarca, utilizan vías dispares, como es el tránsito por países latinoamericanos, para coger por sorpresa a las autoridades de inmigración de estos países, que recientemente se han distinguido por su falta de comprensión y restricciones a la entrada de refugiados.
Sin embargo, los mecanismos de alerta de muchos países funcionan más allá de sus fronteras. Así, por ejemplo, la Embajada canadiense en Madrid impartió un curso a la policía española para detectar la falsificación de visados falsos de este país. Ello sirvió para que el pasado día 5 fuera descubierta una pareja iraní con un niño que viajaban con documentación falsa.
El ACNUR logró aclarar la situación y que los tres pudieran permanecer en España para cursar su solicitud de refugio según la convención de Ginebra de 1951, que prevé esta posibilidad para quienes huyen de su país por haber sido objeto de persecución o tener motivos fundados de peligro de su integridad fisica por razones de raza, religión o ideología.
Dicha convención, que tanto España como Turquía han ratificado, incluye también el compromiso de no devolver a los huidos a países donde su vida o libertad corren peligro.
Estos principios no siempre son respetados. Así, por ejemplo, la pasada semana España devolvió a su país a Mustafá el Meguelati, un argelino que solicitaba asilo en Alicante y que, según AI, se halla ahora preso e incomunicado en Orán.
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