La huelga por la clínica de la Concepción cumple 14 días
La huelga de hambre que ocho trabajadores de la clínica de la Concepción mantienen, secundados por encierros de un número Indeterminado de los 1.800 trabajadores del centro, para agilizar el traslado del personal al hospital universitario de Alcalá de Henares, cumplió ayer tarde dos semanas. La proceso negociador está actualmente estancado.
El patronato de la Fundación Jiménez Díaz, de quien depende el centro, según confirmó el director de la clínica, Gregorio Rabago, se opone a las condiciones que le exige Sanidad: traslado paulatino de los trabajadores y enjugar los 5.000 millones de deuda del centro, de acuerdo con estimaciones del propio Rabago, a cambio del valor patrimonial.Según Fernando Pérez Iglesias, portavoz del comité de empresa del centro, la deuda supera ya en 1.000 millones el valor del patrimonio, por lo que considera generosa la oferta de la Administración. Por el contrario, Rabago estima que admitir esa fórmula significaría quedar al albur de la valoración que la Administración quiera dar al patrimonio, cuyo valor dijo ignorar.
El otro escollo es que el Patronato rehúsa que el traslado sea paulatino -desde este mismo mes- y por el contrario plantea que se produzca en bloque y en octubre, para, según dijo, no desatender compromisos adquiridos. Con este traslado colectivo, Rabago, manifestó que se pretende evitar los contratos temporales de seis meses que ofrece Sanidad para los primeros trabajadores que sean enviados al centro.
El comité de empresa no ve mayor problema en los contratos temporales, porque cuenta con la garantía de Sanidad de que estos se convertirían en fijos cuando se concluyera el traslado, mediante un decreto. También aseguró este portavoz sindical que no se produciría pérdida de derechos adquiridos ni antigüedad una vez que se produzca el traslado, circunstancias sobre los que la dirección carecía de datos.-
Mientras que el comité de empresa mantiene que el Patronato ha frenado la negociación sin dar ninguna alternativa en un contexto de quiebra del centro, Rabago manifestó que está elaborando un plan empresarial que pretende entregar a Sanidad antes de 1988 y cuyos ejes serían: incremento de pacientes privados, retraso del pago de la deuda a la Seguridad Social y a acreedores y renegociación de salarios (congelados desde 1985).
Pérez Iglesias emitió una hipótesis sobre el patronato: "Intentan impedir el traslado para que Sanidad, cuando esto se acabe de hundir, vayamos a protestar a Sanidad para que dé fondos a la fundación y continúe el centro aquí y ellos [ciertos miembros del patronato] sigan con sus lucrativas asistencias a enfermos privados en el centro".
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