Inonu, el 'viejo profesor' con 30 zorros en la cabeza
De Ismet Inonu, lugarteniente de Mustafá Kernal Ataturk, que fue primer ministro y presidente de la República, se decía que era tan inteligente que tenía 30 zorros en la cabeza y sus colas no se trababan nunca. De su hijo Erdal de 61 años, líder del Partido Populista Socialdemócrata, sus simpatizantes dicen otro tanto, aunque por el momento ha llegado más lejos en el campo de la física que en el de la política.Pese a la personalidad de su padre, una de las dos referencias básicas de la historia de la República turca, Erdal Inonu no sintió en su juventud y en su primera madurez la tentación de entrar en política, que le llegó cuando estaba ya en sus últimos cincuenta. Procedente de una familia de la alta burguesía, aristocrática, culta, aunque no sobrada de fortuna, Inonu es, por su origen y su trayectoria, la antítesis de Ozal. No sintió la presíón por ganar dinero, sino la de formarse una reputación. Tras estudiar fisica y matemáticas en Ankara, su ciudad natal, se doctoró en la primera de estas disciplinas en California y, durante algunos años, fue investigador en la universidad norteamericana de Princeton. A su regreso a Turquía, se convirtió en profesor y más tarde rector de la universidad Técnica de Oriente Próximo, de Ankara, en los años previos a la intervención militar de 1971, cuando este centro era el foco de una notable agitación izquierdista contra el Gobierno de Suleiman Demirel.
Tan sólo después del golpe de 1980 se dejó tentar por el demonio. El Partido Revolucionario del Pueblo, fundado por Akaturk, símbolo durante décadas del poder- de la República laica, había sido disuelto por los militares y su líder, Bulent Ecevit, tenía prohibido intervenir en la política activa.
El recurso a Inonu no tuvo entonces otra explicación que el atractivo de su apellido. Se le propuso dirigir el nuevo Partido Socialdemócrata (Sodep). Por entonces, no sabía hablar bien, su falta de carísma era escandalosa y su imagen de viejo profesor no le acreditaba, por sí sola, para protagonizar un proyecto de poder.
En realidad, la estrella de Inonu comenzó a brillar en la campaña para el referéndum del pasado 6 de septiembre. En el cambio de imagen tuvo mucho que ver la ayuda de la esposa de su secretario general, que fue una famosa actriz, y el marketing hábil y agresivo de unos asesores entre los que tenía un gran peso un especialista alemán occídental.
Su imagen es la de un gran señor, tranquilo, culto, educado, amable. Alto y delgado, sólo le faltan el bombín y el paraguas para parecer un gentleman. Es un hombre amante de la conciliación y el diálogo, flexible, que sabe escuchar. La única incógnita es sí un hombre de su perfil podrá navegar por las aguas turbulentas de la política turca.
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