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CONSECUENCIAS DEL TRIUNFO DE OZAL

Un pragmático sin complejos y experto en Tintín

Turgut Ozal, que se dispone a iniciar su segundo mandato consecutivo como primer ministro turco tras su victoria en las elecciones legislativas del pasado domingo, es uno de los pragmáticos más descarados que se pueden encontrar en la, escena política internacional. Su realismo ronda la demagogia, pero, incluso cuando es cogido en un renuncio, sabe salir del paso sin persistir en el error.En cuatro años al frente de un gabinete que nacía con la hipoteca de ser el resultado de un sistema elaborado por los militares, Ozal, de 61 años, ha sorteado muchos baches y ha sido capaz de llegar de nuevo a las urnas con la etiqueta de demócrata.

Hermanos millonarios

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Ozal y sus dos hermanos, Korkut y Yusuf, son los mejores ejemplos de que en la Turquía de hoy hay espacio para los hombres hechos a sí mismos. La familia del actual primer ministro, originaria del este del país, pertenecía a una clase media relativamente acomodada, pero no sobrada de medios de fortuna. Hoy, los tres, o al menos dos, son millonarios. En dólares, por supuesto, porque ¿quién puede no ser millonario en liras turcas cuando éstas apenas valen 12 céntimos de peseta?Turgut nació en Malatia, en octubre de 1926, y se diplomó como ingeniero electrónico en la universidad Técnica de Estambul, al igual que otro monstruo de la política turca, Suleimán Demirel, hoy en sus horas bajas. Con Demirel, precisamente, llegó a su primera responsabilidad importante en la Administración, como vicesecretario de Estado de Planificación, entre 1967 y 1971. Luego trabajó en el Banco Mundial, donde forjó sólidas relaciones que todavía hoy le abren muchas puertas cuando tiene que negociar cuestiones tan espinosas como la delicada (por enorme) deuda exterior.

Por esos años trabajó en el sector privado; incluso llegó a ser director del más importante holding del país, Sabanci. No le fueron muy bien las cosas y tuvo que renunciar. Tampoco puede decirse que tuviera mucho éxito cuando se convirtió en portavoz de la patronal del metal y se enfrentó con los trabajadores en huelga.

Su primera salida a la arena política la efectuó en 1977, cuando se presentó como candidato a diputado en las listas del integrista Partido de Salvación Nacional, de Necmetin Erbakan. Pero fracasó. Demirel volvió a llamarle a su Gobierno, esta vez como secretario de Estado encargado de la Planificación Ozal fue el padre del plan económico aprobado en enero de 1980 y que los militares que acabaron con el régimen democrático, en ese mismo año, decidieron aplicar. Nada mejor para ello que contar con el propio Ozal, que no puso ningún reparo en formar parte, como viceprimer ministro, de un Gobierno salido de los carros de combate y no de las urnas.

Cuando los hombres de uniforme abrieron la mano e iniciaron una tímida apertura democrática, Ozal vio llegado su momento de tocar el cielo con las manos. La UCD española casi se había desvanecido ya, pero Ozal debió decirse que si en la nueva España de la democracia pudo gobernar un partido de ese tipo, en Turquía podía ocurrir otro tanto. En las filas de su creación política, el Partido de la Madre Patria (PMP) había, con frecuencia camuflados, integristas islámicos, liberales, conservadores de nuevo cuño, partidarios de Demirel e, incluso, socialdemócratas. Los militares autorizaron sólo tres partidos en las elecciones de 1983, y uno de ellos era su propio invento. Ozal se llevó el gato al agua, pese a la animosidad del Ejército, e inició un mandato no exento de sobresaltos.

Bajito y rechoncho

Turgut Ozal es bajito (1,60 metros) y rechoncho, luce un bigotillo que no llega a mostacho, sonríe mucho, parece gustarse a sí mismo y no tiene complejos. Sabe rodearse de gente capaz. Las ideas son de sus asesores.Se dice de Ozal que está abierto a las grandes ideas y que no se preocupa mucho si unas veces aparece como socialista y otras como derechista. Su ideología debe andar en algún lugar del espacio del pragmatismo liberal conservador, pero él mismo no le concede demasiada importancia. Su principal fallo es que no tiene ni idea de derecho y que le falta un buen asesor en este terreno. Así se explica su metedura de pata con la ley de convocatoria de las elecciones, que sólo pudo resolverse aplazando los comicios cuatro semanas.

Parece que lee poco. Libros, prácticamente, ninguno. En cambio, le entusiasman los tebeos. Es un experto en Tintín.

Por su simpatía, pero también por esa simplicidad de la que a veces incluso hace gala, se le conoce como Ton Ton. Antes de ser primer ministro, se dice, era aún más llano. Ahora luce modales de nuevo rico, se diría que se cree elegante.

Puede que su esposa, Semra, tenga algo que ver. De hecho, se dice que ejerce una enorme influencia sobre Turgut. Es bajita, con cierto parecido a Florinda Chico; fuma largos cigarrillos en boquilla y no le gusta quedarse tras las bambalinas, así que se ha puesto al frente de la Fundación para el Desarrollo de la Mujer Turca.

El matrimonio Ozal tiene dos hijos y una hija. La chica, Zeynep, se casó con el batería de un conjunto de rock, con gran disgusto de toda la familia. Uno de los dos hijos, Ahmet, trabaja como consejero de su padre, y el hermano menor de Turgut, Yusuf, es secretario de Estado de Planificación.

Pero, tal vez, el hermano por antonomasia sea Korkut, el mayor, que fue ministro cuando el islámico Erbakan era número dos en un Gobierno de los de antes del golpe. Korkut fundó una sociedad exportadora que trabaja en colaboración con capital árabe e islámico y también fue uno de los fundadores del Banco Faisal, de capital saudí. Lo que toca este hombre se convierte en oro. Defiende a su hermano Turgut, pero, con la otra mano, financia a muchas tarikats (cofradías), organizaciones musulmanas ¡legales con gran peso en Turquía y en los países con emigración turca.

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