El guitarrista Hugo Geller gana el Premio Andrés Segovia

El argentino Hugo Geller, recientemente distinguido con el segundo premio en el Concurso Infanta Cristina, ha obtenido el máximo galardón en la XIII edición del Premio Andrés Segovia, instituido por la Caja Balear Sa Nostra, y que este año, cercana la muerte de Segovia, ha adquirido especial relevancia y cálido tono de homenaje. Un segundo premio correspondió al italiano Luigi Biscaldi; un tercero, a la canadiense Audrey Dale Kavanagh, y un cuarto, al español Alex Garrobé. Los premios van de 100.000 a 500.000 pesetas.

Hugo Geller es un intérprete brillantísimo y de gran poder sonoro y comunicativo, formado en Buenos Aires con Martínez Zárate y Walter Henze. Una magnífica versión de la valiosa Sonata de Alberto Ginastera, impulsada por una voluntad creativa muy fuerte, y otra, no menos virtuosista, del décimo estudio de Villalobos, contrastaron con la dicción, deliberadamente romanticista, de los Valses poéticos, de Enrique Granados.Otras dos páginas importantes del repertorio contemporáneo encontraron en la canadiense Kavanagh transmisora de gran sensibilidad: el poético, sereno, atmosférico Nocturnal, de Britten, y la Invocacion y danza, homenaje a Falla, de Joaquín Rodrigo. Bíscaldi en Bach, Paganini y Brouwer- dejó bien claras dos virtudes básicas: su rigor musical y su virtuosismo. En el fondo es un intérprete clásico y tiene para la guitarra análoga exigencia que otros para. el piano, el clave o el violín. Hace tiempo que la guitarra dejó de ser mundo aparte y el que lo dude debe hojear, por ejemplo, el repertorio contemporáneo que dirige Angelo Gilardino, que, con los también guitarristas Magnus Anderson y Gabriel Estarellas, los críticos Aguiló de Cáceres y Enrique Franco y los compositores Berbard Juliá y Antón García Abril -que presidía- formaban el jurado.

García Abril, que ha dado a la guitarra tres obras con orquesta y varias para guitarra sola, compuso especialmente para esta ocasión una excelente Fantasía mediterránea. Obra bastante extensa -pues alcanza los 10 minutos de duración- y trazada con mano segura y una sutil abstracción de los valores mediterráneos.