Dos ejemplos de penuria

El concierto de la RTVE vino a demostrar la penuria real de nuestros círculos musicales. Luis de Pablo y Francisco Javier Comesaña fueron protagonístas de ella. La obra de de Pablo, Quasi una fantasía, jamás había sido interpretada en España, 17 años después de su estreno en París. Lo peor es cuando, además, ese tiempo de espera hace envejecer la partitura y una música que en su día tuvo atractivo se nos muestra hoy caduca.. Esto le ha sucedído a Quasi una fantasía, homenaje a SchÓnberg.Francisco Javier Comesaña es un ejemplo de los buenos profesores que existen en nuestras agrupaciones y que no tienen más opción que adaptarse a su papel en un conjunto sinffinico, por la imposibilidad en ]?rodigarse como solistas o en orquestas como el Cuarteto Hispánico-Numen al que pertenece. Mostró en su interpretación del Segundo concierto para violín de Prokoflev, un sonido suficíente si no amplio, pero la versión quedó falta de gracia por un acompañamiento desvaído. El director suizo Michel Tabaclinik cerró su concierto con una Séptima de Dvorak correcta pero gris en la que ni el atractivo del scherzo arrastró al oyente.