Españoles

Es de sobra conocido que en cualquier tema relacionado con España, ya se trate de historia, literatura, arte, ciencia, economía o incluso política, son los tratadistas foráneos quienes dan en el clavo. Y la razón de que los mejores estudiosos de Lope, Guillén de Castro, Velázquez, Isabel la Católica, etcétera, -sean alemanes, franceses, británicos, italianos, norteamericanos... o finese, o suecos, u holandeses, se debe, en mi opinión, a que, de una parte, los especialistas de otros países son más concienzudo; y tienen mejor preparación: por otro lado, son más desapasic nados.De ahí que los estudios de Carr, Malefakis, Thomas. .., por la banda de babor, o de Irving, Lumnáis, Walsh, Prescott, Ozanain, Kamen, etcétera, de la otra parte, resulten insuperables para conocer la Edad Media, conquista y aculturación americanas, inqu.sición, liberalismo...

Es cierto que muchos hispanistas -curiosamente, no hay un apelativo similar para los especialistas de Alemania, Francia, Italia, Japón o Corea- son más objetivos cuando tratan temas hispanos que al engolfarse en el estudio de realidades de sus propias naciones; pero es un achaque común que los árboles no dejan ver el bosque, y además, los prejuicios son muy arraigados en cualquier mente, por independiente que ésta sea.

Pues bien, al hilo de esta cuestión, acabo de hojear un magnífico libro de John Hooper, que estudia a los españoles de hoy con gran profundidad y subrayando aspectos que aquí han pasado inadvertidos o, en el mejor de los casos, extrañamente infravalorados.

Por citar algunos paradigmas, hace hincapié en que en Cataluña decide la política una cuarta parte de la población, dada la abstención en los comicios de los inmigrantes y sus hijos. Por ello, aunque parezca anormal y paradójico, el hecho es que, mientras en las instancias provinciales y, sobre todo, autonómicas predominan los partidos nacionalistas, por el contrario, en los municipios muy poblados casi siempre hay más alcaldes y concejales de partidos nacionales. Y es que los ciudadanos de una ciudad-dormitorio ven más cerca los problemas cotidianos del urbanismo, transporte" infraestructura, centros culturales, etcétera, que los grandes temas: centralización o descentralización, bases mililares, predominio del legislativo o del ejecutivo, etcétera. También indica Hooper que los gobernantes catalanes de Convergencia actúan para una minoría pequefloburguesa, que les da los votos.

Creo igualmente que no estamos todavía en la onda europea, pues, para bien o para mal, las inquietudes de un francés, británico o alemán distan años luz de las que afectan a un españolito. Y así, contra lo que se ha dicho, la política regional de la CE busca más lo que une que lo que separa, mira con preferencia el flituro, olvidando el. pretérito; por último, prefiere una mayor justicia en la distribución de créditos entre regiones que alharacas folclóricas sobre los reyes bretones, los bardos escoceses o los dogos vénetos.-