JaruzeIski somete a votación popular su nuevo 'socialismo pluralista'
El Gobierno polaco ha convocado a la población el próximo domingo a que exprese su opinión sobre la forma de aplicación de las reformas políticas y económicas. El régimen ha anunciado su intención de aplicar un programa radical de cambios económicos y políticos y pide a la población que confirme con su voto esta política, cuyo fin es mayor efectividad económica, mejor nivel de vida y más participación ciudadana en las tareas de gobierno en el nuevo sociafismo pluralista.
Los llamamientos del gobierno a la participación en el referéndum no parecen haber tenido el éxito aperecido. En su desconfianza a todo lo que proceda de las autoridades, muchos polacos han decidido ya no acudir a las urnas, convencidos de que el régimen utilitaría su voto para autoafirmarse y la reforma anunciada no tendrá mas efecto que una subida de precios y un nivel de vida aún mas bajo.La reacción inmediata de los polacos ha sido una gran carrera a les comercios para gastar todo su dinero, que nadie sabe lo que valdrá tras la consulta. En las tiendas de muebles no quedan ya ni macetas. En las de comestibles, los clientes compran a decenas, los kilos de azucar, harina y todo lo disponible. En tiendas de electrodomésticos, decenas esperan pacientemente la llegada de cualquier producto que comprar. El precio del dólar ha vuelto a subir en el mercado negro polaco mientras baja en todo el resto del mundo. "Nos queman los zlotys en los bolsillos", señala un joven profesional.
El gobierno ya ha anunciado que si pierde el referéndum también se aplicarán las medidas económicas, que son imprescindibles, pero que se hará de forma más lenta. Los efectos de los cambios son impopulares. Los fines no lo son, pero muchos polacos no creen que vayan a alcanzarse. El régimen quiere desmostrar que esta vez las reformas van en serio, serán profundas y trasformarán la esencia -misma del sistema.
Para ello se vale de un instrumento, el referéndum, que ha sido tan sólo utilizado en una ocasión histórica, en 1946. En aquel año, los polacos se decidieron por la abolición del Senado la confirmación de las nuevas fronteras emanadas de la guerra y, sobre todo, por la nacionalización de los medios de producción. Aquel referéndum se celebró en condiciones que ponen muy en duda la autenticidad del resultado con el que los polacos decidieron crear el Estado socia lista.
Hoy, la situación es muy distinta. El gobierno convoca a los 26 millones de polacos con derecho a voto a decidir si quieren que la segunda fase de la reforma económica y política se realice de forma acelerada, en el plazo de tres años, con los "efectos negativos transitorios" que ésta implica. El régimen del presidente Wojciech JaruzeIski intenta, una vez más, implicar a los polacos en la vida política del país, de la que la inmensa mayoría se automarginó tras el abrupto fin del sueño del movimiento independiente de Solidaridad.
Las preguntas
"¿Está usted por la plena realización del programa de saneamiento radical de la economía, encaminado a un mejoramiento claro de las condiciones de vida, sabiendo que esto implica pasar por un dificil período de dos o tres años de transformaciones rápidas?" Ésta es la pregunta referente a la reforma económica. La segunda es: "¿Está usted por el modelo polaco de profunda democratización de la vida política, cuyo objetivo es el fortalecimiento de la autogestión, la ampliación de los derechos de los ciudadanos y el aumento de su participación en la dirección del país?"Los polacos, con su tradicional humor, resumen las preguntas del referéndum en: "¿Quiere ser usted guapo, rico y sano?". Todos lo quieren y no es de esperar que proliferen las respuestas negativas. La expectación se centra, sin embargo, en la participación en este referéndum, cuya convocatoria no deja de albergar peligros para el régimen.
El Gobierno polaco se enfrenta de nuevo a su gran obstáculo, su escasa credibilidad. La mayoría de los polacos no creen en el éxito de una nueva reforma, aplicada por las mismas gentes que desde hace años anuncian periódicamente el final de los problemas económicos que., no obstante, siguen creciendo.
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