Los soviéticos se elogian a si mismos por sus concesiones en materia de desarme
Una actitud de reticencia ante la Administración norteamericana y el autoelogio por las concesiones propias se impusieron ayer en, los comentarios con los que los propagandistas y políticos soviéticos comienzan a preparar la cumbre entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov. El jefe del Instituto de EE UU y Canadá, Gueorgui Arbatov, afirmó ayer en una conferencia de prensa que en Moscú no existen kakones que tritiquen el acuerdo para eliminar las fuerzas nucleares de alcance intermedio (INF), pese a las concesiones realizadas por el Kremlin en materia de armamento.
La URSS, que acogió con albo rozo la dimisión como secretario de Defensa norteamericano de Caspar Weinberguer, no parece, sin embargo, convencida de que los halcones estadounidenses hayan desaparecido del horizonte..Se vieron obligados a aban donar la primera línea de defensa, allí donde durante muchos años trabajaron insistentemente las ruedas de la causa de la paz y la distensión, pero no han dejado el campo de combate", decía ayer el comentarista político Grigori Oganov en la portada del periódico Sovietskaia Kultura.
"En los 20 años que llevo al frente del instituto de Estados Unidos y Canadá he aprendido a no hacer pronósticos sobre la vida política interna norteamericana" dijo Arbatov. Éste insistió en que el tratado sobre las INF debe ratificarse rápidamente "Tres o cuatro meses perdidos ahora pueden convertirse en dos o tres años más tarde", dijo Arbatov.
Valentin Falín, presidente de la Agencia de Información Novostí, expresaba sus dudas sobre la seriedad de la firma norteamericana al pie del texto en tanto éste no haya sido ratificado por el Senado de EE UU. Falin apuntó la posibilidad de que tras la firma en Washington comience un proceso que acabe "merendándose" el tratado.
Las afirmaciones norteamericanas de que se continuará desarrollando la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) no inmutan a los representantes soviéticos que siguen insistiendo en la observancia del tratado ABM (de limitación de sistemas antimisiles balísticos) de 1972 como condición para firmar el acuerdo de reducción del 50% de los arsenales estratégicos.
La SDI fue considerada comouna "cuestión interna" norteamericana por Victor Karpov, jefe de la Dirección de Armamento del Ministerio de Exteriores soviético. El experto militar G. Batenin, que intervino ayer ante la Prensa junto a Arbatov y Falin, consideró el programa SDI como un "entretenimiento exótico".
La evolución del presidente Reagan con respecto a los soviéticos desde que llegó a la Casa Blanca es bienvenida en Moscú donde se le sigue considerando un personaje poco previsible. Falifi opinó ayer que Reagan también participaría en una manifestación de protesta contra la politica de derechos humanos en la URSS si. no estuviera atado por el prococolo".
El abandono momentáneo del tema de las fuerzas nucleares francesas y británicas y la subdivisión realizada por Gorbachov en la triada estratégica fueron consideradas ayer por Batenin como concesiones soviéticas. El tema de los contingentes nucleares británicos y franceses volverá a entrar en el futuro en el proceso de desarme, señaló el representante militar.Gorbachov visitará a Thatcher
[Mijail Gorbachov visitará el Reino Unido de camino a la cumbre de Washington, según anunció ayer en el Parlamento británico la primera ministra Margaret Thatcher. El dirigente soviético se quedará unas horas en Londres el 7 de diciembre, informa Reuter desde la capital británica.
Thatcher dijo que esperaba tener una buena conversación con Gorbachov sobre el futuro más allá del tratado sobre las INF. Fuentes del Gobierno británico señalaron que la visita de Gorbachov se debe a una invitación de la propia Thatcher.]
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.