La CE aparece dividida ante la renegociación del tratado de pesca con Marruecos
Un mes antes de que termine la prórroga del mayor acuerdo pesquero concluido por la Comunidad Europea (CE), que concluyeron en agosto Bruselas y Rabat, ambas partes no han empezado aún una negociación que. se anuncia harto difícil no sólo a causa de las reivindicaciones de Marruecos, sino porque los doce no están de acuerdo entre ellos sobre el objetivo de las conversaciones.
El pasado martes el comisario europeo de Pesca, el portugués Antonio Cardoso e Cunha, pidió a los embajadores de los doce ante la CE que aprobasen unas directrices para llevar a cabo la negociación, en las que casi se excluía la posibilidad para los barcos pesqueros no españoles y portugueses de faenar en el caladero marroquí.Asesorado por su director general de Pesca, el francés Raymond Simonnet, Cardoso e Curiha se inclinó por esta concesión porque estimaba que, dada la postura de partida de Marruecos, solicitar la inclusión de pesqueros de otras nacionalidades equivalía a comprometer de antemano sus posibilidades de éxito.
La Comunidad pudo obtener en agosto una prórroga de cinco meses del acuerdo bilateral entre Madrid y Rabat gracias, entre otras cosas, a su renuncia a que barcos de los 10 primeros Estados miembros de la CE faenasen en aguas bajo jurisdicción marroquí, pero esta vez cuatro países Grecia, Italia, Francia y Holandano están dispuestos a ser nue vamente olvidados por Cardo so e Cunha, que el próximo martes viajará a la capital del reino alauita.
Los embajadores de estos Estados, y especialmente el griego e italiano, han recordado que sus flotas pesqueras han sido casi sistemáticamente excluidas de los acuerdos firma dos entre la Comunidad y el África magrebí y africana, al tiempo que Bruselas no mos traba especial interés en nego ciar con países como Túnez y Yugoslavia, en cuyas aguas es
taban interesados en pescar.Derechos histón*cos
Cardoso les replicó que dadas las exigencias iniciales de sus interlocutores marroquíes, empeñados en reducir capturas por motivos más políticos que de preservación de recursos, sería ya un éxito poder mantener los actuales derechos para las flotas con larga tradición de pesca en esas aguas, como sonla española y portuguesa. Aunque la defensa de sus intereses por el comisario portugués satisface a España, sus representantes no se oponen a que otras flotas depaíses europeos socios accedan al caladero marroquí porque así se comunitarizapía el acuerdo y habría una mayor solidaridad.
De aquí al martes, la disputa intercomunitaría debería estar a grandes rasgos resuelta para que Cardoso e Cunha pueda presentar en Rabat un borrador con la posición de partida de la CE, al que el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Abdelatif Filali, deberá contestar durante la visita que tiene prevista a Bruselas el 9 de diciembre.
Poco después de esa fecha deberá por fin iniciarse la negociación en profundidad que, si Marruecos aplica sus tácticas habituales tendentes a esperar hasta el último momento para llegar a un compromiso, no estará concluida antes de Nochevieja, cuando expire la actual prórroga. Los puntos de vista de ambas partes están lo suficientemente distanciados para que algunos diplomáticos españoles que siguen de cerca el proceso estimen que en diciembre no dará ya tiempo a lograr un acuerdo por cuatro años y sólo se podrá pactar una nueva prolongación del actual.
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