Español y castellano
Suscribo enteramente las opiniones del académico de la lengua Gregorio Salvador (EL PAÍS, 27 de octubre). Absurda polémica esa que prefiere el término localista de castellano al universal de español. ¿Cómo se denomina la lengua hablada mayoritariamente ea Francia, Reino Unido o Italia, donde también existen otras muchas lenguas minoritarias? ¿Ha oído alguien apelaciones tales como parisino, londinense o toscano, aunque éstos hayan sido sus orígenes o modelo actual? ¿No expresan los términos francés, inglés o italiano, sin posibilidad alguna de equívoco, la denominación de la lengua hablada mayoritariamente en esos países?En todos los diccionarios bilingües impresos en España y el extranjero se dice: spanish, espagnol, spanisch, spagnolo... La denominación de las facultades o departamentos de nuestra lengua en España o fuera de ella siempre es de Español o de Lengua Española.
Por otro lado, me parece estúpido el sostener que la denominación español entraña opresión sobre esas otras lenguas minoritarias españolas a los ojos de muchos naturales de ellas y da argumentos a los independentistas. ¿Es que el uso de castellano por español cambia algo? El derecho a la autodeterminación, algo perfectamente lógico y a lo que no seré yo quien se oponga, tiene motivaciones mucho más profundas, de orden político e histórico.
¿Y qué decir de la exportación del catalán o el euskera dedicando para ello ingentes fondos a cargo del contribuyente español y no solamente castellano? ¿No vendría muy bien esa partida de gastos a la hora de incrementar el escaso presupuesto destinado a la difusión del español, comparado con los enormes recursos destinados por otros, con más vista comercial que nosotros, que así abren mercados a la enseñanza del inglés, francés, alemán o italiano?
He sido profesor de español durante cuatro años en universidades norteamericanas y puedo dar fe de los pocos medios con que contarnos por parte de consulados y centros culturales españoles. Deben ser más tontos que nosotros nuestros vecinos, ya que no se dedican a difundir el galés, escocés, bretón, occitano, corso, sardo o bajoalemán, lenguas todas ellas respetabilísimas y dignas de enseñarse dentro de su área de expansión, así como sumamente interesantes desde el punto de vista filológico, pero escasamente prácticas en el mundo de hoy y menos como producto de exportación.-
Doctor en Filología Hispánica. Torrelavega, Cantabria.
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