Teatro fúnebre
El hecho que relato a continuación ocurrió hace ya bastante tiempo, y hoy me he decidido a escribir tras hacer algunas reflexiones.Murió mi madre. Mi padre, mi hermano y yo nos dirigimos a una funeraria. Había muerto a las cinco de la madrugada y no se podía enterrar antes de 24 horas ni después de 48, según la ley.
El encargado de la funeraria nos preguntó cuándo queríamos que la difunta fuera enterrada. Mi padre y mi hermano respondieron que ese mismo día, sin duda a causa del cansancio acumulado durante su enfermedad; entonces, el encargado funerario, en vez de hacer cumplir la ley, propuso y hasta animó a mi padre que firmara en la declaración que mi madre había muerto unas seis horas antes. Yo me opuse a que se consumara esta mentira. Para mí era vergonzoso que hasta en el momento de enterrar a alguien haya que falsificar algo; en vida se falsifican declaraciones de Hacienda y muchas cosas... ¿En muerte también?
Vivo en Francia, donde los cadáveres están, normalmente, varios días en el depósito antes de enterrarlos. La forma de demostrar europeísmo enterrando a un ser querido sólo unas horas después de muerto, sin ninguna justificación, me parecía fúnebre. Me atormentaba también (y sobre todo) la posibilidad de que la muerte de mi madre fuera aparente, o sea, que sufriera catalepsia. Todo ello rondada en mi cabeza.
Ante mi oposición a que fuera enterrada antes del plazo legal, el susodicho encargado, molesto conmigo, repetía que el adelanto posible era sólo para nuestra comodidad (muy comercial él, como se ve).
¡Fúnebre teatro el que se representaba en aquella funeraria de Valencia! Al final se hizo como se tenía que hacer y dentro de los plazos legales.
Pero yo me pregunto: ¿cuántas personas catalépticas se habrán enterrado vivas en este país? ¿Cómo es posible que funerarias como la que nos ocupa estén tan sumergidas en el marketing, creando situaciones de esquizofrenia en esos momentos de dolor, cuando lo más fácil y justo es cumplir la ley?-
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