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32ª SEMANA INTERNACIONAL DE CINE DE VALLADOLID

'El amor de ahora', primera película española a concurso

La Semana de Cine suele ser una buena plataforma de lanzamiento para las películas españolas. Con independencia de que obtengan o no algún premio, su presencia aquí les sirve, cuando merecen la pena, de caja de resonancia y les proporciona una primera audiencia de inestimable valor para su lanzamiento posterior en el mercado nacional. El amor de ahora, presentado ayer, es el primer filme español a concurso.

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El amor de ahora, primer largometraje de Ernesto del Río, es una película vasca que cuenta una historia no fácil de entender fuera de España, pues su desarrollo argumental tira del hilo de situaciones humanas cuyas claves de entendimiento requieren que el espectador esté muy al tanto de sucesos y situaciones políticas que se viven aquí, como en este caso la reinserción en la vida civil de antiguos militantes de ETA, que fuera de España son de difícil comprensión.Este es el peor aspecto del filme de Ernesto del Río, que su guión no logra romper el cerco del localismo en materia política. A ello hay que añadir otro aspecto también negativo imputable igualmente al guión: que éste esquiva los aspectos más conflictivos que la salida de la clandestinidad supone para los etarras -recordemos la tragedia de Yoyes- y sólo saca a la luz algunos rasgos epidérmicos del dramático fondo de este grave asunto.

Amable historia de amor

En realidad, El amor de ahora se sirve de este espinoso fenómeno político para contar otra cosa bien distinta, una nada espinosa, sino incluso amable, historia de amor, compuesta con buen pulso y buen gusto por el director y los dos actores protagonistas: Antonio Valero y, sobre todo, Klara Badiola, una magnífica actriz, que lleva casi enteramente el peso de la película y le da emoción, verosimilitud y verdad con su sola mirada, que es una de esas miradas que se quedan pegadas insistentemente a la memoria del espectador.La película funciona perfectamente cuando asume su condición lírica, pero inevitablemente baja su autenticidad cuando se adorna de toques políticos insustanciales. Pero en la pugna entre las cosas que merecen la pena y las que no de El amor de ahora, vencen con holgura las primeras y, pese a ser el primer largometraje del director, es una película que se ve con facilidad, que tiene solvencia, buen orden y, a través de la mirada de Klara Badiola, el aroma inconfundible de la autenticidad.

Fue ayer un buen día de debutantes. La segunda película a concurso, Mañana fue la guerra, primer largometraje de Yuri Kará, e suna película soviética arquetípica de la aplicación dle concepto político de perestroika a los dominios del cine.

Bajo Stalin

Padece, como el filme español, de alguna angostura a causa de su localismo, pues el espectador necesita poseer informaciones históricas sobre la vida rusa bajo Stalin para alcanzar su pleno entendimiento.Pese a ello, es una excelente obra, un drama sincero y con desgarro, que convence por la verdad que transmiten a la pantalla los rostros de sus jóvenes protagonistas.

El desarrollo lírico de Mañana fue la guerra es claro e intenso, mientras que sus incursiones en la negrura política del stalinismo saben a poco, a imágenes meramente indicativas y necesitadas de complicidad. Pero, por tratarse también del primer largometraje de su director, sorprende en esta obra la seguridad de su trazo, su dominio de los espacios y los movimientos, lo que permite vaticinar que: tanto a Yuri Kará como a Ernesto del Río les queda mucho y buen cine que hacer por delante.

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