Alí Yata: "Nada puede evitar una sociedad socialista en Marruecos"

El secretario general del Partido para el Progreso y el Socialismo (PPS, comunista) de Marruecos, Alí Yata, de 66 años, piensa que en su país es posible una sociedad socialista; asegura que no existe incompatibilidad alguna entre monarquía y comunismo, y justifica la sangría económica de la guerra del Sáhara -dos millones de dólares diarios- en que "Ia patria no tiene precio". En opinión de Yata, líder de un partido prosoviético, para llegar al socialismo en Marruecos sólo es imprescindible "paciencia e inteligencia".

Pregunta. ¿No supone una contradicción ser comunista en un país árabe, monárquico y con vocación occidental?Respuesta. No veo contradicción alguna entre la existencia de un partido comunista y el carácter árabe de Marruecos o el monárquico de su régimen. Tampoco somos el único partido comunista que existe en el mundo árabe. Lo hay incluso en Arabia Saudí. En cuanto a la monarquía, Marruecos no es el único ejemplo. Monarquías como Bélgica y el Reino Unido tienen partidos comunistas. Y en el reino de España no hay uno, sino tres.

P. En su país se castigan todavía los delitos de opinión...

R. Para ser exacto debo decir que en Marruecos no se castigan sistemáticamente los delitos de opinión. Ocurre a veces que algunos militantes políticos conocen medidas represivas. En Marruecos hay detenidos políticos, y concretamente de nuestro partido tenemos a 30 personas en la cárcel, condenadas a cinco años de prisión y 5.000 dirhams (75.000 pesetas) de multa. Estamos contra estas medidas y luchamos por la consecución de un respeto total hacia toda actividad que se ejerza dentro de la legitimidad democrática.

P. ¿Cuál es su modelo de sociedad?

R. Queremos absoluta y francamente una sociedad socialista, que garantice la justicia social y el derecho de los ciudadanos, y que dé trabajo a todos. Una sociedad socialista que sea justa y próspera, fiel a la ética marroquí, conforme a la especificidad de nuestro pueblo y respetuosa de sus costumbres milenarias.

Tener paciencia

P. ¿Y es posible en el Marruecos actual tal sociedad ?R. Absolutamente. Nada puede evitar el nacimiento de una sociedad de este género. Marruecos es un país que reúne todas las condiciones, y, por lo que a nosotros corresponde, sólo debemos tener un poco de paciencia e inteligencia para conseguirla.

P. Ustedes, recientemente, votaron a un candidato de la derecha -Ahmed Osman, cuñado del rey Hassan II- para presidir el Parlamento...

R. En efecto. Osman es el líder del partido, la Asamblea Nacional de Independientes (RNI), que forma parte de la mayoría gubernamental y que en su programa defiende el liberalismo económico. No compartimos con él ni su ideología ni su plataforma política, aunque coincidimos en la salvaguarda de la unidad territorial marroquí. Pero no hemos votado al presidente de un partido, sino al presidente de una Cámara parlamentaria, que en el anterior mandato ha demostrado competencia e integridad y que ha sido un gran defensor de la democracia.

P. La guerra del Sáhara le cuesta dos millones de dólares diarios a Marruecos. ¿No es una enorme sangría económica?

R. El Sáhara nos cuesta desgraciadamente muy caro, pero la guerra nos ha sido impuesta. Hemos liberado del colonialismo español el sur de nuestra patria, y nuestros vecinos argelinos han visto mal esta recuperación. Nos han declarado una guerra de desgaste, con el Frente Polisario interpuesto, que dura ya más de 10 años y que nos cuesta muy cara. Pero todos los marroquíes, cualquiera que sea su ideología, estamos dispuestos a salvaguardar la reintegración del Sáhara a la madre patria. La unidad de la patria no tiene precio.

P. En cuanto al Sáhara, ¿apuesta usted por una fórmula consensuada en la que ambas partes cedan en sus posiciones? ¿Acaso por una federación saharaui dentro de Marruecos?

R. No, son fórmulas que ya se han planteado y sobre las que no se debe pagar precio alguno. La cuestión territorial ya está resuelta: hemos recuperado el sur del territorio y dominamos todo el Sáhara, debido a los muros defensivos y a la vigilancia de las Fuerzas Armadas, cuyo espíritu de valentía saludamos. Los habitantes del Sáhara se dedican ahora y normalmente a sus actividades cotidianas. Sería ponerle al Polisario todo lo logrado en una bandeja de plata.