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Virulenta crítica de Felipe González en Florencia contra las instituciones de la CE

ENVIADO ESPECIAL La primera comparecencia de Felipe González como conferenciante ante una institución académica europea confirmó ayer la oposición española al proyecto de presupuestos de la Comunidad Europea (CE) para 1988, mostrando que, en la próxima cumbre comunitaria de diciembre, España jugará un destacado papel disidente al respecto: "No aceptaremos que el presupuesto no tenga una estructura razonable" dijo González. Hablando ante el Instituto Universitario Europeo, en Florencia, el presidente del Gobierno lanzó una virulenta crítica contra las instituciones de la CE, que, a su juicio, son inoperantes y carecen de la necesaria autoridad.

Este ataque fue considerado posteriormente por Giovanni Spadolini, presidente del Senado italiano, que asistió a la conferencia, como "una aproximación realista a la problemática europea". Pero, pese a los elogios de Spadolini, la conferencia con la que González inauguró el curso ayer en el instituto aportó escasas novedades, de acuerdo con una mayoría de los observadores asistentes, aunque fuentes de la Moncloa lo habían presentado como "un importante avance" de los planes que tiene España para cuando, en el primer semestre de 1989, ocupe la presidencia de la CE.La cautela de González fue patente en los aspectos relacionados con la seguridad europea, aunque se mostró decididamente partidario de una cooperación más estrecha entre los países europeos, "porque están cambiando las condiciones sobre las que se asienta el sistema defensivo occidental".

Esta cooperación entre los europeos "no tiene por qué hacer se al margen de la Alianza Atlántica, y cualquier reflexión en este campo tendrá que tener en cuenta la presencia de Estados Unidos". En su única referencia, tácita, al denominado eje París-Bonn, González dijo que "la reflexión sobre seguridad debería incluir a todos los países comunitarios, aunque no cabe excluir la posibilidad de que sea un grupo de países, y no todos, los que decidan avanzar en esa dirección". Antes, en laconferencia de prensa, González rechazó que exista ya un eje franco-alemán, aunque subrayó que el entendimiento en materia de seguridad entre ambos es condición sine qua non para el reforzamiento del pilar europeo en la Alianza Atlántica". En este marco, sería "irresponsable" que España "no asumiera la reflexión en esta materia".

González, cuya prudencia verbal se extremó al responder a preguntas relacionadas con la marcha de las negociaciones con Estados Unidos, negó que exista cualquier correspondencia entre tales negociaciones y la citada reflexión sobre seguridad europea.

El presidente del Gobierno, presentado por el director del instituto, el histórico Emile Noel, como "uno de los líderes europeos de la nueva generación", se mostró como un europeísta convencido, pero no por ello menos crítico con la marcha de los asuntos de la CE, que, en su opinión, "necesita un aggiornamento". Según dijo en su conferencia, la idea del espacio común integrado para 1992 corre el riesgo, tal y como se concibe ahora, de agravar los desequilibrios regionales y entre los Estados "a favor de los más fuertes". Al mismo tiempo, dijo, la opinión europea pesa cada vez menos internacional mente, dejando campo libre a la influencia de las grandes potencias. Especialmente severa fue su crítica contra la descoordinación que muestran los Estados europeos en lo referente a temas como la fabricación de armas.

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