Catalanes en Madrid: menos que un "lobby", mas que un club
M. C.Los catalanes en Madrid no actúan como lobby, aunque siguen reuniéndose una vez cada mes o mes y medio a cenar en El Criollo o en el Pedralbes Paradís, de la capital de España. Ya no son aquellas cenas multiludinarias que tenían a Romá Cuyás como anfitrión y su comedor como marco. Entonces eran más de 40 los comensales y, tras un aperitivo que permitía todos los vis a vis necesarios, se abordaba un asunto para el debate colectivo. Hoy son la mitad y, entre los presentes, únicamente hay un ministro. El colectivo que ha crecido entre los catalanes en Madrid es el de los presidentes de empresas y entidades financieras públicas: Joan Badosa preside Enagas; Jordi Mercader, la Empresa Nacional Bazán; Manuel Esteve, Aviaco; Narcís Andreu, Iberia; Josep Maria Molina, ENASA; Rafael Suñol, el Banco de Créd ito Industrial; y Andrés García de la Riva, el Banco de Crédito Local.
"No somos un lobby, pero es cierto que hay algún alto cargo catalán en casi todos los departamentos", dice Lluís Reverter, director general del CRISDE. "El tener tres ministros catalanes como Narcís Serra, Ernest Lluch y Joan Majó no suponía un mayor peso del socialismo catalán, aunque la imagen de nuestro partido salía reforzada", explica ahora un miembro de la ejecutiva del PSC.
El mismo dirigente piensa que el tantas veces anunciado próximo reajuste del Gobierno será un buen momento para lograr alguna cartera más para el PSC.
Entre los altos cargos catalanes en Madrid se valoran, aparte de los nombres ya citados, otros tres como importantes para entender las actuales relaciones entre el PSC y el PSOE: José Borrell, secretario de Estado de Hacienda, al que se le deben gestiones para agilizar, por ejemplo, partidas para los Juegos Olímpicos de Barcelona; Francesc Martí, delegado del Gobierno en Cataluña, que tiene hilo directo con la cúpula del PSOE; y Eduardo Martín Toval, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, siempre en estrecho contacto con Guerra y con influencia creciente.
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