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El déficit comercial, excluido del seminario hispano-francés de Annecy

Los contenciosos existentes entre Francia y España, comenzando por la diferencia en lo que respecta al presupuesto comunitario, al que España pone el veto, son analizados desde ayer en la reunión hispano-francesa que se celebra en Annecy (Alta Saboya), ciudad pintoresca a la que ayer llegó una numerosa delegación española. De la agenda ha sido excluido uno de los puntos que más podría interesar a la parte española: el creciente déficit a favor de Francia en la balanza comercial.

Forman cada una de las delegaciones tres ministros (Asuntos Exteriores, Defensa y Cultura), tres secretarios de Estado (Finanzas, Educación y Asuntos Europeos), y una docena de otros altos funcionarios. Estos últimos lograron, de entrada, la exclusión del problema de la balanza: la tasa de cobertura mejoré para Francia desde un 135% en 1985 al 104% en el primer semestre de este año.La reunión interministerial, que se clausurará a mediodía de hoy, se presenta vacía de conclusiones concretas. Entre los temas previstos, además del presupuesto comunitario, se encuentran la situación en el golfo Pérsico, las perspectivas de paz en Centroamérica, o las relaciones este-oeste. Tanto el ministro español de Exteriores, Francisco Fernández Ordoñez, como su homólogo francés, Jean Bernard Raimond, tratarán de presentar una respuesta común al secretario de Estado norteamericano, George Shultz, cuando se reúnan con él, junto con los demás ministros de Exteriores atlánticos, el próximo día 24 en Bruselas, tras la entrevista entre Shultz y el soviético Shevardnadze.

En la reunión de Annecy también se estudiará una posible cooperación en temas educativos (Francia está muy interesada en que la enseñan a del francés no quede relegada en España en favor del inglés), culturales y defensivos.

En este último terreno, destaca la posible creación de una comisión específica bilateral dedicada exclusivamente al estudio de los problemas de seguridad en el Mediterráneo.

Única sombra

Entre los grandes temas que se tratarán tan sólo de pasada figura el del engarce español en el proyectado eje París-Bonn, cuestión en la que los gobernantes españoles parecen haber enfriado sensiblemente en las últimas semanas su pretérito entusiasmo. Un portavoz oficial español olvidó ayer mencionarlo entre los puntos en la agenda y sólo como respuesta a una pregunta específica admitió que "presumiblemente se tocará".La única sombra existente en el horizonte de este encuentro, la falta de solidaridad de Francia en la votación al español Federico Mayor Zaragoza como secretario general de la Unesco, quedó de manifiesto ya a la entrada de la reunión: interrogado al respecto, el ministro francés de Exteriores dijo que dudaba que un europeo pudiese convertirse en secretario general de la organización cultural de las Naciones Unidas. Fue una frase que pareció "increíble" a los funcionarios españoles que la escucharon. Esta frase de Raimond fue pronunciada apenas una hora antes de que se conociese la retirada de Amadou M'Bow de la liza electoral en la Unesco, dejando el camino expedito a Federico Mayor Zaragoza.

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Pese a ello, la satisfacción española por la mera celebración de esta reunión, la segunda en su género desde que Jacques Chirac subió al poder, es evidente, por cuanto, como señaló uno de los funcionarios asistentes, "el solo hecho de hablarse con una periodicidad fija ya es bastante".

Contraste con Portugal

Fuentes diplomáticas españolas señalan la diferencia de las "positivas" reuniones con los representantes franceses respecto de las que se celebran con delegaciones lusas. La cumbre entre ambos países, prevista para mediados de noviembre en Madrid, se plantea sobre bases por completo diferentes a la reunión de Annecy.De acuerdo con la versión que transmiten las nuevas autoridades de Lisboa, antes de pensar en progresos concretos entre ambos países hay que "componer el marco global" de las relaciones bilaterales. Por ello, será el propio primer ministro portugués, el centrista Aníbal Cavaco e Silva, acompañado del nuevo ministro de Negocios Extranjeros, Joao de Deus Pinheiro, quien viajará a Madrid, sin otros acompañantes de su Gabinete.

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