La diferencia de la renta española respecto a los 'doce' se reduciá en los proximos meses

La diferencia entre los ingresos per capita de España y de los países más prósperos de la Comunidad Europea (CE) debería continuar reduciéndose en los próximos meses, según vaticinan los expertos comunitarios que advierten, sin embargo, al Gobierno español sobre las consecuencias del déficit de la balanza de pagos que también prevén.Estas observaciones están contenidas en el informe económico anual 1987-1988, dado a conocer ayer en la capital belga por la Comisión Europea y que será sometido para aprobación al Consejo de Ministros de Economía. Los expertos de Bruselas señalan que el crecimiento de los doce resulta perjudicado por el deterioro del entorno internacional que repercute negativamente sobre las exportaciones y aconsejan, a medio plazo, para atenuar estos efectos echar mano de la política presupuestaria.

El análisis que proporcionan sobre la economía española es relativamente más optimista que el del conjunto de la CE, como quedó puesto de manifiesto por sus previsiones para el último trimestre de este año y el próximo (véase EL PAÍS del pasado 10 de octubre) y si, por ejemplo, en España el paro no ha disminuido por debajo del 20% -el empleo no agrícola creció un 3,3% en 1987- es porque "la evolución positiva del mercado del trabajo ha contribuido a movilizar a muchos desalentados. En consecuencia", añaden, "la población activa aumenta mucho más rápidamente que la población en edad de trabajar".

El mantenimiento de la tendencia a la mejora de la situación del empleo requiere, según el informe, un crecimiento económico rápido "centrado en la inversión productiva y las exportaciones". De ahí que sus autores consideren necesario advertir a Madrid que "aumentos salariales desorbitados provocan un excesivo dinamismo del consumo privado que implica un nuevo auge de las importaciones" e inciten también a la más amplia concertación social a propósito de la evolución salarial.

Balanza de pagos

El principal peligro que achecha a la economía española es, para Bruselas, "el saldo de la balanza de pagos", deficitaria en un 0,4% del PIB en 1988, achacable al auge constante de las importaciones (aumento del 10% en 1988). A pesar de la modernización del aparato de producción llevada a cabo por las empresas españolas, "la oferta interna", añade, "será aún durante años insuficiente para contrarrestar ( ... ) el aumento de la tasa de penetración de las importaciones provocado por el creciente dinamismo de la economía".

"Es, por tanto, previsible que las importaciones crecerán más rápidamente que las exportaciones y que el déficit comercial será cada vez más grande", añade el informe. "Aunque la evolución de las transacciones invisibles (las remesas, los ingresos por turismo etcétera) proporciona una compensación parcial, las autoridades deben vigilar que la degradación de las necesidades de financiación del país no perjudiquen demasiado a las empresas".

Es imprescindible a medio plazo "reducir el déficit de las administraciones públicas a un nivel muy inferior al del 5% del PIB" previsto para 1988 "para poder contar así con los recursos financieros suplementarios para un desarrollo continuo de las inversiones productivas". El órgano ejecutivo europeo aconseja además examinar un posible aligeramiento de la fiscalidad directa de las empresas y de las cargas sociales.