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PRESENCIA HISPANA EN NORTEAMÉRICA

El Rey aprovechó su presencia en Norteamérica para subrayar el compromiso español con la OTAN

Francisco G. Basterra

ENVIADO ESPECIALLos Reyes de España concluyeron ayer en San Francisco, tras una visita a las ciudades de Carmel y Monterrey, su viaje de una semana a Estados Unidós, que se inició oficialmente el domingo pasado en San Antonio. Don Juan Carlos y doña Sofía se habían entrevistado el viernes anterior en Washington con el presidente Ronald Reagan. El Rey ha subrayado el compromiso atlántico de España, como "aliado responsable, solidario y cooperador" en la OTAN, en el curso de un intenso y a veces confuso viaje por Estados Unidos, que también ha sido aprovechado para efectuar un gesto histórico de reconciliación con el pueblo judío, mediante la visita de don Juan Carlos a una sinagoga sefardí en Los Ángeles.

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Don Juan Carlos superó un fuerte terremoto en Los Ángeles y una organización desafortunada que ha convertido un viaje -aún se discute si privado u oficial-, de reencuentro con las raíces españolas de EEUU, planeado desde 1981, en una de las giras más pobres realizadas por los Monarcas. La simpatía de los Reyes -que salen esta tarde de San Francisco con destino a España- y la mezcla de curiosidad y admiración que provocan aquí las monarquías, han salvado finalmente un viaje mal explicado y ejecutado. Sólo a finales de agosto los funcionarios españoles viajaron a EE UU para montar en 20 días un viaje de esta entidad. La reafirmación del "anclaje atlántico" de España, idea repetida en varios de los más de 20 discursos pronunciados por el Rey, se produce en un momento en el que los Gobiernos de ambos países encuentran dificultades para solucionar la cuestión de las bases. El viaje se inició en Washington con un almuerzo privado de con Juan Carlos con el presidente Reagan, en el que el tema de la relación defensiva de EE UU con España estuvo sin duda presente.Horas antes, un polémico artículo en la Prensa norteamericana sugería abiertamente -el periodista estuvo con don Juan Carlos en La Zarzuela- diferencias entre el Rey y Felipe González sobre la negociación con Washington. Esta curiosa coincidencia en el tiempo fue muy desafortunada y ofreció repentinamente un ángulo inesperado a una gira teóricamente concebida como un acercamiento a la realidad del rico mundo hispano de este país. Los hispanos serán la primera minoría de este país a comienzos del siglo que viene.

Recelos

En los primeros días de la gira fue perceptible cierto distanciamiento entre los hombres de La Zarzuela y el equipo del Gobierno que acompañaba al Rey, impresión que oficialmente fue desmentida a EL PAÍS por los portavoces de Exteriores y de la Casa Real. El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, dijo, sin embargo, que la tormenta había existido, pero ya ha pasado".La venta de una imagen -prácticamente inexistente aquí de una España moderna, joven, democrática, dinámica y tolerante, era teóricamente uno de los objetivos del viaje: al iniciar su visita, don Juan Carlos se quejó de la incomprensión existente a veces en EE UU de la nueva realidad española y de que, a veces, ésta se deforma.

Otra de las finalidades de la gira por California era la búsqueda de inversiones americanas en España. Por eso, el Rey ha pasado más tiempo con presidentes de bancos y petroleros que con los hispanos. La decisión de no recibir a los 14 congresistas que componen el caucus hispano del Congreso ha sorprendido en medios políticos hispanos.

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En Los Ángeles, el dueño de la actividad social real fue Armand Hammer, presidente de Occidental Petroleum y amigo de los líderes del Kremlin. La gira concluyó ayer, sábado, con una cena, en San Francisco, en casa del multimillonario Gordon Getty, que prestó su avión privado para trasladar al Rey y a su comitiva a Monterrey.

El viaje no ha tenido calor popular. Conscientemente se ha aislado al Rey de las masas de hispanos, prefiriéndose organizar en cada ciudad recepciones restringidas con las colonias españolas y los académicos hispanistas. También se ha intentado promocionar el V centenario del descubrimiento de América con llamadas abiertas a la cooperacción financiera privada y al apoyo oficial de Washington.

Mézclese a esto unas pizcas de aproximación al mundo ciéntífico y tecnológico -visitas al Texas Medical Center, y el laboratorio de la NASA, en Pasadena, donde se montan las sondas espaciales- y al de la cultura. Discurso en la universidad de Berkeley, que se aprovechó para defender la convivencia pacífica del ingles y el español en este país, ante los intentos de quienes quieren convertir al inglés en idioma oficial de EE UU. Sin olvidar el encuentro, en Santa Fe, con los indios, pueblos que ni sabían quién era el Rey ni, al parecer, nadie había hecho el esfuerzo de explicárselo.

La imagen de España

Es difícil creer que la imagen de España en EE UU haya dado un salto tras esta visita. "Este viaje es un desastre. Así no se consigue nada", afirmaba en la noche del jueves, en Los Ángeles, Ignacio Vasallo, director general de Promoción del Turismo.En Exteriores hablan de que la visita estaba dirigida a conocer la potencia económica y tecnológica de California, puerta del Pacífico, o "dinamizar la relación bilateral sacándola de la polarización a la que está sometida por la negociación sobre las bases".

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