Se inicia el certamen con un tópico ambiente de terror
La vigésima edición del Festival Internacional de Cinema Fantastic de Sitges comenzó el pasado viernes por la noche rodeado de un tópico ambiente de películas de terror. Por una vez Sitges no fue el amable centro veraniego en el que las fiestas y reuniones al aire libre pueden prolongarse hasta la madrugada. La proyección de Evil Dead II, la película elegida para la inauguración, truculenta y salpicada de golpes de efecto, tuvo que competir con una noche tenebrosa.
En realidad, la mayor ovación se la llevaron los retumbantes truenos que, fuera de la sala, acompañaban la tormenta. Ni las mañas grand guignolescas de Sam Raimi, el director, ni el humor paródico que atraviesa Evil Dead II e intenta hacerla más llevadera, pudieron competir con los efectos especiales de la naturaleza. Faltó tan solo el oportuno apagón de luz para mejor aprovechar el despilfarro de cortinas de agua, truenos y relámpagos.Robert Wise es, por el momento, la figura estelar del certamen. El director de West Side Story, Ultimátum a la Tierra, El Yan- Tse en llamas, Sonrisas y lágrimas o Marcado por el odio, ha llegado a Sitges, pero, antes de someterse al ritual de las entrevistas, ha querido visitar Barcelona y la arquitectura de Gaudí. Wise, que es el actual presidente de la Academia de Hollywood, presentó la gala inaugural de este certamen que se abre bajo el signo de la lluvia sin poder evitar una referencia a lo adecuado de una climatología terrorífica.
Kurt Siodmak, veterano guionista que siguió una carrera paralela a la de su hermano Robert, recientemente recordado en el Festival de San Sebastián a través de una retrospectiva, está también aquí. Siodmak, es el guionista de los primeros largometrajes alemanes de su hermano, uno de los cuales -Hombres en domingo- tiene una fuerza documental en el cine de ficción de la época mientras que el segundo, abiertamente psiconalítico, es una premonición del célebre M de Fritz Lang. Ya en Hollywood, Siodmak colaboró con Jacques Tourneur y firmó una de las obras maestras del fantástico -y del cine-, I walked with a zombie, en la que ciencia y religión se constituyen en explicaciones alternativas pero no excluyentes de los fenómenos naturales.
Vudú
Para esta noche está prevista la proyección de The believers, de John Schlesinger, un nuevo despliegue de efectos especiales al servicio de un relato en el que el vudú es protagonista. Lo cierto es que causa desánimo ver a un cineasta de esta categoría metido en un fregado de este tipo, cuyo único propósito es fabricar tensión para hacerla explotar periódicamente a través de desagradables erupciones cutaneas.Para compensar, la retrospectiva nos ha traido un Lubitsch clásico, Heaven Can Wait, con sus pulcras oficinas infernales y un sentido del humor real, muy alejado de los sanguinolentos y realistas efectos de las cintas actuales, competidoras de la frecuente obscenidad televisiva y de las salas de espera de los psiquiatras.
Después de la proyección de The belivers se inaugurará la exposición Frankie Goes to Sitges, preparada por Luis Gasca, un recorrido muy completo en torno a un mito central del cine fantástico.
Se espera hoy la llegada a este festival del productor Gerald Olsen y del director norteamericano Jack Scholder, que participa en la sección competitiva con la película Hidden. este filme presenta el caso de un abogado que es poseído por un ser sobrenatural. También está confirmada la presencia del actor y director Peter Thiel, protagonista de la. película Mandem I manem, dirigida por el danés Erik Malasen, que participa en la sección competitiva. Esta película trata de un hombre atormentado por el recuedo de haber asesinado a su mujer.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.