El duque de Alba borra en la universidad holandesa de Leyden la leyenda antiespañola

IGNACIO CEMBRERO, La celebración del aniversario del levantamiento del cerco de la ciudad holandesa de Leyden por las tropas de Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba, tiene cada vez menos un carácter antiespañol, hasta el punto de que, en 1986, el embajador de España en La Haya, Fernando Schwartz, fue el primer español invitado a pronunciar allí un discurso, y que ahora el orador Jesús Aguirre, duque de Alba, lleva el título del que fue gobernador de Holanda.

Ante cerca de 400 oyentes, Jesús Aguirre, duque de Alba, tomó ayer la palabra en el gran auditorio de la Universidad Estatal de Leyden, que el príncipe Gillermo de Orange fundó justamente para conmemorar la huida de los soldados de Felipe Il que el desbordamiento de los canales circundantes obligó a abandonar precipitadamente su sitio. Su intervención fue precedida por una alocución del alcalde de Leyden, C. H. Goekoop, y entre los asistentes al acto figuraban los primeros ediles de la docena de ciudades holandesas que también fueron cercadas, junto con el claustro de profesores y varios embajadores.Sobre Fernando Álvarez de Toledo, tercer duque de Alba, el duque de hierro para unos y el gran duque para otros, dijo que nunca quiso ir a Flandes. "La política de Alba, primero en Italia y luego en Flandes, estuvo envuelta en una provisionalidad correspondiente a la ambigüedad de Felipe II. Estuvo siempre empujado a tomar decisiones, para las cuales le faltó sistemáticamente el apoyo necesario e incluso prometido. El ensayo general en Italia se convirtió en Flandes en una amarga representación".

En su intervención dijo que "hasta hace unos años la imagen de Alba ha tenido que respirar en el aire apestado de la leyenda negra. Ésta fue atizada desde España. Resulta por entero comprensible que las gentes flamencas, hasta su independencia de la Corona española, tomasen aquella calumnia por su verdad".

Al final de su discurso señaló: "Carlos V dijo del tercer duque de Alba que era el mantene por de su honra. Predecesor de la nuestra consideramos nosotros, los actuales duques de Alba, a aquel que Garcilaso llamara gran Fernando. La casa de Alba llena seis siglos de historia de España, Europa y América, desde luego que no sólo cronológicamente, sino con diversas realizaciones de largo alcance. Permítanme ustedes que este duque de Alba considere su presencia en Leyden como una de sus más destacadas realizaciones".

Una victoria

En 1573, Leyden fue la primera en liberarse. Sus habitantes hambrientos devoraron la comida abandonada por sus enemigos y apenas tuvieron tiempo de festejar una victoria debida tanto a los caprichos de la meteorologa como a la inexperiencia castrense del hijo del duque de Alba, que mandaba aquellas tropas. En 1836 crearon la Sociedad del 3 de Octubre, que todos los años conmemora durante tres días el levantamiento, pero siempre con menor resentimiento.

El duque de Alba ha dejado de ser el coco con el que se amenazaba a los niños rebeldes para que se acostaran por la noche, y la disolución del rencor dio pie al embajador Schwartz para recordar con humor a los holandeses que, comparados con los súbditos españoles de Felipe II, fueron