El riesgo de la base débil
, Todos coinciden. Creadores, publicistas, industriales textiles, estilistas, confeccionadores, modelos afirman rotundamente que de cinco años a esta parte se habla por primera vez ole la moda de España, sin que ello suponga olvidar a los grandes modistas españoles, como Balenciaga, Paco Rabanne, Castillo, Pedro Rodríguez o Pertegaz.
La andadura se inicia dentro de las corrientes y tendencias marcadas por la moda internacional bajo el amparo y protección de las instituciones.
Lo que ya no está tan claro, si exceptuamos unos escasisimos nombres de diseñadores, es qué fue primero. No se termina de saber si es la Administración la que al apostar fuerte por la moda de creación nacional -aprovechando un momento en el que lo que realmente está de moda en el mundo es España- hace surgir de: debajo de las piedras a un grupo de desocupados que se subena un carro que promete futuros halagueños o sí verdaderamente se cuenta con una entidad de partida suficientemente sólida.
Pero quizá esta disquisición no importe tanto a estas alturas. Lo importante ahora es la patente ausencia de una. infraestructura industrial que permita a los di senadores alcanzar un producto final digno y capaz de comercializarse en la debida escala en los principales mercados.
Aceleraciones
La explosión de la moda en España ha sido espectacular, y la velocidad de reproducción de creadores, semejante a las aceleraciones de la epidemia.
Parece un fenómeno que merece ser celebrado, pero una vez celebrado, el peligro puede aparecer desde el cuello de embudo provocado por la falta de infraestructura, no sólo en lo referente a las industrias y a los tejidos que hagan realidad esas colecciones, sino también en la ausencia cuantitativa y cuálitativa de expertos en mercadotecnia o en la carencia de planes de normalización de la enseñanza a la hora de formar diseñadores, fotógrafos o esitilistas. Todo ello sin contar la clamorosa deficiencia, efecto de la celeridad y precipitación del cambio, en cuanto a diseñadores de complementos que caminen paralelamente con los modistas.
Babelia
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