Sólo 120.000 personas utilizan a diario el abono mensual de transportes

El número de tarjetas de abono mensual vendidas por el Consorcio Regional de Transportes, y que permiten viajar por la Comunidad en tren, autobús y metro, asciende a 225.000, pero, según sus propios datos, sólo 120.000 personas las actualizan mensualmente para poder usarlas. El consorcio calcula que hay 300.000 usuarios a los que sería rentable adquirir el abono mensual.

Por tanto, el consorcio estima que 180.000 personas están perdiendo dinero a la hora de viajar por Madrid. El objetivo actual es llegar a esa cifra de 300.000 abonos antes de fin de año.Existen actualmente cuatro tipos de abono. Del tipo A es un 65%. Permite viajar por el municipio de Madrid (donde se realizan seis millones de traslados diarios, un 80% del total de la comunidad). El abono tipo A comenzó a venderse el pasado 1 de enero y cuesta 3.000 pesetas. El 54% de los poseedores de este título es menor de 25 años. La media de viajes realizados por usuario cada mes es de 91. Si ese número de desplazamientos se realiza con billetes sencillos (50 pesetas en metro y autobús), el coste es de 4.550 pesetas. Traducido en bono-bus y bono-metro representa unas 3.300 pesetas.

Aunque las cuatro zonas en funcionamiento cubren el 97% de la población de la región, dos poblaciones importantes, El Escorial y Aranjuez, han quedado fuera de la cobertura del abono. A comienzos del próximo año será puesto en marcha otro nuevo, el C, que permitirá viajar por todo el territorio de la comunidad. Su precio, 5.000 pesetas.

Aparte del abono C hay otros títulos proyectados para el próximo año y que responden a promesas políticas hechas en las pasadas elecciones municipales. Se trata de un abono para la tercera edad y otro más para la juventud.

Según apunta el director gerente Julián Revenga, la tendencia del consorcio regional es que el precio de los billetes sencillos sea mucho más alto que el actual, que el bono-bus y el bono-metro cuesten lo mismo y que todo ello permita dedicar más recursos a subvencionar el abono.

Se intenta potenciar además los carriles de penetración a la capital mediante la reserva en las horas punta de un carril exclusivo para autobuses, así como reformar la red de la EMT en el casco urbano de modo que no compita con el metro por duplicidad de rutas. "Será, sin duda, la batalla más dura del próximo año", dice Revenga. "Liberaremos autobuses del centro, donde ya hay metro, para llevarlos a zonas no servidas. Porque es absurdo que haya zonas en las que tres o cuatro líneas de la EMT cubran los mismos trayectos que el metro". El objetivo es que ningún ciudadano quede a más de 200 metros de distancia de un punto de transporte público en el casco urbano.