Un proceso largo e irregular

F. O. El proceso contra el Movimiento de la Tendencia Islámica (MTI) ha estado marcado por una cadena de supuestas irregularidades de carácter legal.

Ésta comenzó con la designación del presidente de la sala, el procurador general de la República, Hachemi Zemal, que fue el instructor del sumario. Zemal depende del Ministerio de Justicia y se le considera uno de los hombres que con relativa frecuencia debe de rendir visitas al palacio de Cartago para informar al presidente de! la República, el anciano Habib Burguiba, de su función.

La Corte de la Seguridad del Estado es una especie de tribunal especial de orden público, integrado por tres magistrados civiles, pero técnicamente sustentado en lo militar.

La sala está dentro de un cuartel, y el ejército compartió con la policía la responsabilidad de la seguridad durante las sesiones.

Además de los magistrados, el tribunal lo integraban dos diputados electos del Partido Socialista Desturiano (PSI), en el poder), lo que pone en duda la separación de poderes y la independencia de la justicia.

La vista ha durado un mes justo. Empezó el 27 de agosto y se aplazó de inmediato porque los abogados no habían tenido tiempo apenas de estudiar el sumario.,

El 21 de septiembre, terminados los interrogatorios, fue anunciada la incorporación al proceso de tres rebeldes, horas antes detenidos, por lo que se hubo de ampliar las sesiones.

Dos días después, el tribunal interrumpió tras 24 horas sus deliberaciones, al presentarse un nuevo testigo. Amnistía Internacional ha denunciado la falta de equidad del proceso.

Los familiares de los condenados no pudieron estar presentes en la. lectura de la condena. La policía llegó incluso a desalojarlos, con malos modales, del lugar de espera, pese a que se encontraban a más de un kilómetro de la sala.