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Correos 'interruptus'

La Administración reconoce el deterioro del servicio de Correos, que intenta solucionar con una reestructuración de urgencia

"El servicio de Correos es una asignatura pendiente de la democracia. Se ha deteriorado progresivamente por una falta de ajuste a los tiempos modernos". Esta afirmación del nuevo director general de Correos, Félix Muriel, refleja lo que es un comentario y una denuncia cotidiana: el correo no funciona como debiera. Según datos oficiales, un 0,8% de las cartas se pierde, y el porcentaje de misivas entregadas dentro de los tres días siguientes a su depósito ha descendido del 93,4% al 86,56% entre 1982 y 1985. El número de reclamaciones se sitúa en torno a las 130.000 al año, y las empresas privadas se comen la parte más lucrativa del servicio. Empleados de Correos aseguran que en ocasiones el servicio está al borde del colapso.

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Caja Postal, SA

Las denuncias sobre retrasos y pérdidas se multiplican, mientras Felix Muriel, llegado a Correos hace menos de dos meses, promete una reestructuración profunda e indica que ha sido nombrado porque el Gobierno considera que detener el deterioro de un servicio que ha perdido gran parte de la confianza ciudadana y que tiene más de 30.000 millones de pesetas de déficit es un tema estrella."Es la última oportunidad para que el correo sea un servicio público competente", indica Javier Granda, responsable de la sección sindical de Correos en UGT, que añade: "El Gobierno socialista ha fracasado en este tema. "Como no se den prisa, el marasmo va a ser irreparable", comentan otras fuentes sindicales. El anuncio de reestructuración hecho por Muriel es recibidio con escepticismo por los sindicatos. Al fin y al cabo, parte de los planes esenciales ya fueron anunciados en 1983 por el entonces ministro de Transportes, Enrique Barón. Una bella durmiente que tiene como una de sus caracterísiticas esenciales el cambio de la naturaleza jurídica de Correos para convertirse posiblemente en una empresa pública, aunque después de intentar renovar el servicio dentro de su actual marco jurídico.

La razón de este cambio anunciado estriba en que la actual naturaleza jurídica encorseta la capacidad de Correos para atiender a las necesidades cambiantes del servicio: no hay más fondos que los consignados en los Presupuestos Generales del Estado, mientras que las necesidades evolucionan con ritmo distinto al anual.

Fuentes de la plantilla de Correos indicaron que durante la semana del 14 al 19 de septiembre el volumen de tráfico aumentó en Madrid en tres millones por encima de lo habitual. Cinco mil sacas estuvieron retenidas en la estación de Chamartín por el colapso producido, y muchos buzones, hasta tres y cuatro días sin recoger.

Mensajeros

Otras reestructuraciones irán en el sentido de entrar en competencia con el pujante sector privado de las empresas de mensajería, que en 1985 obtuvieron al menos 10.000 millones de pesetas de beneficios, según la Asociación Española de Mensajería; acceder al control de los sellos, actualmente en manos de Tabacalera; dotar de autonomía de gestión a las Jefaturas Provinciales, y un posible aumento de las tarifas postales, actualmente fijadas como precio político y que, según Muriel, son las más bajas de Europa.La falta de control propio sobre el sello provocó que el pasado día 24 no hubiese sellos desde 1 a 7 pesetas (los necesarios para el correo interurbano) en la central del servicio, en la madrileña plaza de Cibeles. Tras casi cinco años de Gobierno socialista, la Administración se propone solucionar vacíos como la inexistencia de planes contable y financiero, de costes, de estadística, de explotación...

Un problema público que paga el ciudadano y en el que se entrecruzan intereses y concepciones contradictorias dentro del mismo sector estatal, como ocurrió recientemente con la Caja Postal, uno de los pocos servicios rentables relacionados con Correos, aunque desde 1985 se desgajó de la Dirección General de Correos para integrarse junto a ésta y la Dirección General de Telecomunicaciones en la Secretaría General de Comunicaciones. UGT afirma que Hacienda intentó, aunque finalmente no consiguió, convertir a la Caja Postal en Sociedad Anónima al elaborar los próximos Presupuestos Generales del Estado.

El Servicio Postal movió en 1986 más de cuatro millones y medio de objetos. Detrás de cada carta hay en muchas ocasiones una parte esencial de la vida y de los negocios de las personas que las remiten, aunque el sentido personal de la carta ha decrecido hasta situarse en un 20% del total. El resto queda para la misiva comercial.

Una parte importante de la vida que en demasiadas ocasiones se frusta por pérdidas y otros avatares. La presidenta de la Sección Española de Amnistía Internacional reclamó recientemente porque un paquete urgente con información importante llegó una semana después, abierto y roto. Recientemente, la Prensa se ha hecho eco de denuncias como la pérdida y cobro fraudulento de dos cheques por valor de medio millón de pesetas enviados por correo certificado.

Un problema al que resulta muy difícil meterle mano. Sesenta mil empleados, apoyados por temporeros en los meses más conflictivos, se enfrentan a un servicio que en la época de las nuevas tecnologías sigue dependiendo en gran medida del factor humano, aunque se intenta informatizar a marchas forzadas. El crecimiento del tráfico no ha ido parejo con un aumento suficiente de las plantillas, indican fuentes sindicales.

Transportes

En el pasado, el servicio se sacaba adelante a costa de horarios inhumanos y de unas relaciones laborales que, según Félix Muriel, eran paramilitares.Por si fuera poco, los empleados de Correos denuncian la falta de colaboración de Iberia y Renfe para transportar el correo y que éstas compiten con servicios propios de transporte de paquetería. "Envían las sacas cuando les da la gana y sus horarios no se adecuan a las necesidades del servicio, por lo que muchas veces las cartas llegan a su lugar de destino cuando ya han terminado su jornada los clasificadores y han partido los repartidores". Correos debe a Renfe más de 12.000 millones de pesetas. El gasto en transporte supone el 13% del total de Correos, cuando la media en los países de la CE se sitúa en el 4%.

En Correos suspiran con infraestructuras semejantes a la de Alemania Occidental, donde el servicio tiene su propia red de transportes, incluidos aviones. Asimismo, la recogida de los buzones depende del Parque Móvil oficial, ya que apenas tiene una red propia. La pasada semana sólo funcionaron 30 vehículos de los 120 de que Correos dispone teóricamente para la ciudad de Madrid.

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