Centauros sobre el cielo de Madrid

Una enorme maqueta y un lujoso folleto explicaban en mayo el Proyecto Cultural Conjunto Hispano-americano Las Carabelas, auspiciado por la Universidad Técnica Particular de Loja (Ecuador).

El proyecto consistía en construir tres grandes carabelas en la zona más cara de la ciudad: las dos manzanas situadas a la espalda de los jardines del Descubrimiento.

Ante la falta de solares libres, la propuesta era edificar el lugar "levantando de cuajo las dos manzanas" y para justificar esta idea se recordaba que "hasta Nerón prendió fuego a Roma por los cuatro costados para tener una Roma nueva".

En la Niña se instalarían los fondos arqueológicos y etnográficos del museo América-1492, espacios para solaz de turistas y niños y una residencia de indígenas americanos que aceptaran profesionalizarse en instituciones y universidades españolas. "Para ellos sería obligatoria la vestimenta propia de su comunidad indígena".

La Santa María serviría de sede a la feria permanente de América en Madrid. También albergaría una residencia de universitarios americanos no indígenas "blancos, mestizos o de color, de escasos recursos económicos pero intelectualmente bien. dotados". En la Pinta se instalarían todas las instituciones culturales americanistas, la emisora de radio Las Carabelas y una residencia para investigadores americanos.

El interior de estas carabelas sería único: la Santa María tendría 14 pisos, dos más que la Niña y la Pinta. Los mástiles, con dos ascensores internos, se elevarían a una altura de 120 metros.

Las naves estarían rodeadas del Mar de las Antillas -un lago de 1,5 metros de profundidad-, una fuente luminosa -la de la Eterna Juventud- y una terraza con una reproducción del monasterio de La Rábida.

El Ayuntamiento rechazó el proyecto pese a que, según el folleto, "estos centauros alados en el cielo de Madrid" se convertirían en "una experiencia única, deliciosa, para millones de turistas sedientos de emociones exóticas".