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Crítica:'ROCK'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La banda de Dave Edmunds

Lee Brilleaux, Dr. Feelgood en persona, repitió actuación en Madrid -la segunda en menos de un año- a base de canciones clásicas de rhythm and blues a la manera de See you later, alligator. Apareció con traje de chaqueta, como sus músicos acompañantes, animado, firme y gracioso por sus posturas peculiares junto al micrófono, con el ritmo incesante de su pierna derecha.Este inglés con espíritu alocado, autodestructivo, cantó bien, sin esfuerzo, arrimado siempre a ese sonido cercano al Misisipí que debe llevar en sus venas y que transmite al oyente con sinceridad. Cantaba y fumaba cigarrillos, que encendía con la colilla del anterior. Brilleaux toca la armónica o la guitarra con el tubo metálico con el mismo carácter nervioso-contenido que al andar, y puede cantar un blues como si estuviera apoyado en una barra americana.

Concerto de Dave Edmunds Band

Dave Edmunds, voz, guitarra y piano ocasional; John David, bajo y coros; Dave Charles, batería; Mickey Gee, guitarra y voz, y Geraint Watkins, teclados, acordeón y voz. (81 minutos.)Actuación previa de Dr. Feelgood (76 minutos). Sala Astoria, Madrid, 24 de septiembre.

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La apertura del Festival

Los asistentes, que llenaron la mitad de la sala, deseaban la presencia de Dave Edmunds y se encontraron con un concierto de rock de máxima calidad, de rock and roll de lujo, aunque esto suene tópico. Edmunds, productor de prestigio, se preocupa minuciosamente del sonido en vivo. Cada instrumento, cada golpe de batería o de bajo se apreció con una nitidez sorprendente y la brillantez de las guitarras se correspondió con la de las voces. Se notó la pasión de Edmunds por las voces, indispensables en su música, armonizadas con cuidato y talento e interpretadas por cuatro de los cinco músicos en escena.

Watkins, el teclista, se levantó de repente, se colgó un acordeón y cantó entusiasmado, y luego lo hizo el guitarrista, Mickey Gee, sobrio, genial. Y los espectadores, agitados más por deleite que por furor rockero, acompañaron con sus gargantas en temas como The wanderer, Girls talk, de Elvis Costelo, o I knew the bride, de su otro amigo Nick Lowe, o Queen of hearts, o su primer acierto, I hear you knockin. Podrían continuar con más canciones durante un par de horas más sin perder el ritmo contagioso del recital.

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