Doscientos años después
Los aborígenes australianos dieron la bienvenida a la primera flota británica que traía presos blancos para colonizar el país en enero de 1788 con el grito entre indignado y asustado de "¡marchaos!".Los indígenas australianos, que comprenden el 1% del total de una población de 16 millones de habitantes, se han convertido en una minoría olvidada y empobrecida. Ahora, justo cuatro meses, antes de la conmemoración del bicentenario del país, los aborígenes de Australia tienen motivos para esperar tiempos mejores. "Antes de que acabe 1987, ha afirmado el primer Ministro Bob Hawke, sería bueno tener un claro conocimiento de que en doscientos años de colonización, se han cometido muchas injusticias con los aborígenes".
Víctimas durante largo tiempo de la intolerancia, algunos indígenas han expresado su temor de que la negligencia gubernamental sea una sutil forma de genocidio. Tal sospecha está enraizada en la Historia: a principios de 1800 los colonos blancos les masacraron. Hawke puede tener problemas en traducir en ley el concepto de propiedad que tienen los primeros habitantes del país. Según ellos, su tierra es un país de ensueño poblado de antepasados míticos y marcado por sucesos legendarios. Los Gobiernos anteriores han ignorado simplemente estas demandas tradicionales, argumentando que los nómadas carecen de sentido de propiedad sobre el territorio.
20 de septiembre
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