La reinserción empieza en la cárcel

Un grupo de internos de la prisión provincial de Sevilla ha decidido fundar, dentro de la prisión, una cooperativa de trabajo asociado, "conscientes de la situación económica y de rechazo que nos espera al salir en libertad". Los cooperativistas hablan del proyecto como de "una vía para cuando salgamos, una manera de poder crear nuestra propia empresa y no tener que andar pidiendo trabajo". Cuando los fundadores estén en libertad piensan "sacar fuera" la cooperativa e incluso dar trabajo a los que pueden dentro.

Antonio Correa, de 33 años, interno que disfruta en la actualidad del régimen abierto, explica que con la cooperativa, además de atender las necesidades económicas, se demuestra que "aquí también hay gente seria y responsable que está interesada en su reinserción".Los cooperativistas explican que al principio la idea no se la creía nadie, "porque algunos piensan que aquí todos somos iguales y que nadie hace nada en provecho común y sólo pensamos en escaquearnos".

Algunos funcionarios, según los cooperativistas, se mostraron reacios a la empresa, ya que "no la asimilaban y creían que era un cuento".

Por ejemplo, cuando la Junta de Andalucía se encargó de impartirles cursillos de Cooperativismo, Administración Empresarial y Capacitación Técnica, el trabajo de los funcionarios se duplicaba, llevando a los intemos hasta el lugar de las clases y dependiendo de órdenes especiales para ir de un lugar a otro. Parece que ya hoy todo el mundo se lo cree.

El nombre de la cooperativa -Mariano Benlliure, como el de la calle donde se encuentra la prisión- ya está registrado y para quedar inscrita como tal entidad económica sólo necesita de la aprobación de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias y de la designación por parte de este organismo de la persona que represente a la Administración, según explica Luis Sánchez, subdirector del centro.

Apoyo de la Junta

Los cooperativistas no entienden muy bien "los retrasos" de la Administración penitenciaria para dar el visto bueno, sobre todo cuando ya están resueltos todos los trámites burocráticos y han contado con el "apoyo incondicional" de la Junta de Andalucía, que además de impartirles cursos de formación cooperativista ha destinado una subvención para cubrir los costes del proyecto.La idea de emprender semejante empresa la tuvo el pasado mes de febrero un interno de origen latinoamericano apellidado Echeverry. Éste expuso la idea a varios compañeros, de los que 25 la aceptaron como buena.

Ahora, siete meses después, sólo una docena de ellos siguen empeñados en el proyecto. Todos tienen entre 20 y 35 años -"a los más viejos no les interesó el tema", dicen-, entre los que se encuentran un albañil, varios pintores, un carpintero "y otros sin oficio ni beneficio".

La Junta de Andalucía también encargó un estudio sobre la viabilidad del proyecto a la empresa Heredia Consultores. Tras estudiar varias posibilidades de trabajo se optó por labores con metacrilato para la realización de muebles y elementos de decoración.

Sólo uno de los internos ha trabajado antes con metacrilato, pero la empresa valenciana Plexiglás, SA, se ha ofrecido para darles un curso e iniciarles en los trabajos con este material. "Si lo hacemos bien seremos competencia, ya que en Sevilla sólo existen un par de talleres que trabajan con este material, y además no son grandes empresas".