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Brasil veta el proyecto de Niemeyer para su embajada en Cuba

El brasileño Óscar Niemeyer, de 75 años, responsable de los edificios y palacios de Brasilia y considerado uno de los más importantes arquitectos de este siglo, acaba de ver cómo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, conocido como Itamaraty, le ha rechazado un proyecto. Se trata del referente a la nueva Embajada brasileña en La Habana. Brasil y Cuba reanudaron relaciones en junio de 1986, después de una ruptura de 22 años. En aquella ocasión Fidel Castro saludó al presidente José Sarney y le pidió que el proyecto de la nueva Embajada, a construir en un terreno de 8.000 metros cuadrados donado por el Gobierno cubano, fuera realizado por el autor de Brasilia.El proyecto quedó listo hace dos meses. Niemeyer cobró por el trabajo poco más de 30.000 dólares (3,6 millones de pesetas), lo que se considera un precio simbólico, considerándose que lleva su firma y que prevé un presupuesto de cinco millones de dólares para su ejecución. El pasado fin de semana, el Itamaraty anunció que el proyecto fue vetado, abriendo de esta forma un precedente absolutamente inédito en el currículo del hombre que es autor del proyecto del edificio del propio ministerio. Irónicamente, el palacio de Itamaraty es considerado uno de los más bellos de Brasilia.

Alto coste

Oficialmente, el veto al nuevo proyecto de Niemeyer se debió al coste, considerado demasiado alto para una embajada en un país como Cuba. "No tenemos siquiera relaciones comerciales con ese país", argumentó el canciller brasileño, Roberto de Abreu Sodre.Se trata de uno de los más osados proyectos de Niemeyer: una edificación de tres pisos, suspendida por gruesos cabos de acero. Las líneas clásicas de Niemeyer -un desafio incesante a lo convencional- fue objeto de varias restricciones por parte de funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores. En ningún momento se mencionaron públicamente razones políticas.

Óscar Niemeyer está afiliado al partido comunista y sufrió un prolongado ostracismo a lo largo del régimen militar. Vivió varios años en el exterior, fue perseguido y detenido en varias ocasiones. Curiosamente, el actual canciller brasileño era en aquel entonces uno de los respaldos ideológicos y financieros de la operación Bandeirantes, un grupo paramilitar responsable por el encarcelamiento, tortura y asesinato de numerosos opositores a la dictadura. Es, además de canciller, socio del presidente Sarney en varias aventuras agrícolas, sobre todo en regiones donde los conflictos son agudos.

Además de desmesuradamente caro, el proyecto de Niemeyer fue considerado loco y absurdo por la cancillería brasileña. El ministro de Relaciones Exteriores sugirió al Gobierno cubano que ofrezca en venta a Brasil una de las casas de protocolo que suelen ser utilizadas en Cuba para recibir a visitantes ilustres.

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