Remedio o enfermedad
La droga más efectiva en el tratamiento de la enfermedad del movimiento es la escopolamina, pero sus efectos secundarios, cuando se administra por vía oral o parenteral, pueden ser tan molestos que hacen bueno el dicho popular de que es peor el remedio que la enfermedad. Suele aparecer sequedad en la boca, visión borrosa o somnolencia.
Recientemente se ha desarrollado en EE UU una nueva vía para tomar la escopolamina. La droga es incorporada en un pequeño parche adhesivo que se aplica sobre la piel, detrás de la oreja. Una cantidad pequeña y estable de la droga pasa a través de la piel hacia el torrente sanguíneo durante unas 72 horas. El parche debe colocarse unas cuatro a seis horas antes de que comience el viaje. Si es necesario puede colocarse un segundo parche detrás de la otra oreja.
Esta técnica transdérmica reduce considerablemente los efectos secundarios de la escopolamina. Rara vez se han observado reacciones alérgicas locales en el lugar de implantación del parche, y tampoco es frecuente la aparición de sequedad de boca o visión borrosa.
Algunas personas cortan el parche y sólo se colocan la mitad del mismo para reducir los efectos secundarios. Pero con esto, evidentemente, se pierde parte de la efectividad del producto. Es recomendable lavarse las manos tras manejar el parche para evitar que llegue a los ojos algo de la sustancia, ya que ésta puede producir dilatación en las pupilas durante unos días.
El fabricante recomienda no utilizar la droga en niños o embarazadas, así como tampoco en personas con molestias urinarias debidas a próstata aumentada de tamaño o en casos de glaucoma.
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