Falsas esperanzas para Camboya

La intensa actividad diplomática de que ha sido objeto el problema camboyano, sobre todo estas últimas semanas, había suscitado alguna esperanza de ver surgir por fin un esbozo de arreglo. Enfrentada a una crisis económica sin precedentes que le ha hecho llegar a ser el pariente pobre de la región, el Vietnam socialista había dado su aval, en efecto, a una "reunión informal" entre las facciones jemeres.Pero no hay que hacerse muchas ilusiones, pues estos últimos días las posiciones parecen haberse endurecido en los dos campos que se enfrentan. La Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), que agrupa a Brunei, Indonesia, Malaisia, Filipinas, Singapur y Tailandia, ha avalado, el 16 de agosto, un encuentro entre camboyanos. Pero lo ha unido a dos condiciones previas: que Vietnam participe en ello "inmediatamente después" de la apertura de los debates y que se negocie sobre la base del plan de paz de "ocho puntos" adelantado por el príncipe Sihanuk y sus compañeros de resistencia el año pasado.

La reacción vietnamita no se ha hecho esperar. El Partido Comunista vietnamita, ha rechazado el pasado 19 de agosto las condiciones de la ASEAN y recordado que la "reunión no oficial" entre facciones camboyanas, que ha aceptado, no puede tener por objeto más que la reconciliación nacional sobre la base de la eliminación de los jemeres rojos.

21 de agosto