Zubin Mehta inicia en Santander su gira europea

El director de orquesta Zubin Mehta, considerado como uno de los directores más brillantes de su generación, obtuvo el martes en la Porticada un gran éxito en el primer concierto de los tres que ofrece en Santander, actuaciones con las que inicia una gira por Europa. Mehta manifestó en Santander su rechazo y el de su orquesta, la Filarmónica de Israel, hacia los carteles sobre Rudolf Hess, fallecido el lunes en la cárcel de Spandau, que aparecen en buena parte del paseo de Pereda, de Santander, y en otras zonas de la ciudad. Firmados por CEDADE, los carteles dicen: "Ha muerto Rudolf Hess. Ahora ya es libre", bajo una cruz gamada.

"Nos hemos sentido ofendidos por estos carteles. Hay algunos miembros de la orquesta que han sufrido los campos de concentración en carne propia y son testigos de que Hess fue un criminal de guerra", dijo el director de la Filarmónica de Israel. Nacido en Bombay y de religión parsi, Mehta, de 50 años, fue el introductor de Wagner en Israel. "Hay todavía bastante oposición por parte de ciertos núcleos antimusicales a que se interprete su música, pero estos núcleos no son mi público. Cuando toco piezas de Wagner siempre lo hago al final de los conciertos, como propina. Para que la gente que se sienta ofendida se pueda marchar. No podemos olvidar que hay gente a la que se obligó a escuchar a Wagner en los campos de concentración", afirma el director de orquesta.

Mehta, que también dirige la Filarmónica de Nueva, York y acaba de ser nombrado director artístico del Maggio Musicale Fiorentino, afirmó en la presentación de sus conciertos en Santander que el artista se ve envuelto en la sociedad en la que vive.

"Por ejemplo", dice Mehta, "cuando la orquesta fue invitada a Suráfrica, su ausencia dejó bien clara cuál es nuestra postura y nuestra manera de pensar. También hemos estado en Suramérica y no hemos ido a Chile. No pretendemos cambiar las cosas en Chile, pero no vamos allí a tocar. La Filarmónica de Israel ha estado siempre conmigo en estas decisiones".

El director hindú afincado en Estados Unidos considera que su educación musical es completamente occidental. Hijo de músicos, siguió inicialmente los estudios de Medicina hasta que logró persuadir a su familia de que le enviase a Viena para estudiar música. "La música hindú", afirma, "es otra concepción muy diferente". Mehta interpretó hace unos años en Estados Unidos un concierto para sítar y orquesta compuesto por Ravi Sankar: "La música hindú se improvisa completamente. En aquel concierto, la orquesta tocaba con partitura y seguía unas notas, pero Sankar improvisaba sobre la marcha. Fue una experiencia muy bonita y, desde luego, un concierto irrepetible".

Como una cooperativa

La Filarmónica de Israel se presentó el martes en Santander con obras de Prokofiev y Chaikovski. También interpretó una sinfonía de Josep Tal, compositor alemán de origen hebreo poco conocido en España. La Filarmónica, formada por 110 instrumentistas, está estructurada como una cooperativa, por lo que está abierta a sesiones fotográficas, cámaras de televisión y, como dijo Mehta riendo, "pueden hacer lo que deseen". La orquesta cubre el 70% de su presupuesto con la venta de entradas, mientras que el resto lo aportan ayudas del Gobierno de Israel y de la fundación cultural América-Israel. Ofrece alrededor de 11 conciertos cada dos semanas.

Mehta dirige con frecuencia en espacios abiertos, sobre todo con la Filarmónica de Nueva York. En Israel ofrece también cada año un concierto multitudinario. El último fue con Plácido Domingo ante un auditorio de 350.000 personas, la mitad de la población de Tel Aviv. Para el director, la sensibilidad musical se está perdiendo en gran parte. "La música se transmite en las familias. Yo observo en mis conciertos cómo las madres orientales llevan con más frecuencia a sus hijos que las occidentales y les inculcan un amor mucho más profundo por la música".