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NUEVA 'GUERRA DE LAS BANDERAS'

Un conflicto que se repite desde 1983

La denominada guerra de las banderas, desatada por los nacionalistas radicales vascos, se inició a finales de junio de 1983 en Tolosa (Guipúzcoa), cuando el ayuntamiento de esta localidad acordó, con los votos favorables de Herri Batasuna y las abstenciones del PNV, EE, PSOE y Partido Carlista que, durante las fiestas patronales del municipio, no ondeara en el balcón de la casa consistorial la bandera española. Durante el verano de 1983 numerosos ayuntamientos vascos decidieron que la bandera española no ondeara en las casas consistoriales en las respectivas fiestas patronales. Casi todas las iniciativas partieron de concejales de HB, y contaron con la colaboración o la abstención del PNV y de Euskadiko Ezkerra.

El 21 de julio una manifestación convocada por HB en Rentería para "mostrar la repulsa que el pueblo de Rentería siente hacia bandera extranjera como la española", enfrentó a las fuerzas de seguridad con manifestantes con el resultado de varias decenas de heridos.

El 14 de agosto fue detenido un concejal de HB por colocar en el ayuntamiento de Portugalete (Vizcaya) la ikurriña sin estar acompañada de la bandera nacional. En la misma jornada se registraron incidentes relacionados con la quema de banderas españolas en San Sebastián y el día 16 en la misma capital fueron detenidos y posteriormente condenados por un delito de ultraje a la bandera dos concejales de HB que habían retirado del balcón del ayuntamiento la enseña española.

El acuerdo del Ayuntamiento de Bilbao de no exhibir ninguna bandera en el exterior de la casa consistorial durante las fiestas y la decisión del Gobierno del Estado de ordenar al gobernador civil de Vizcaya, Julián San Cristóbal, la colocación de las banderas de España, Euskadi y Bilbao, dio origen el 20 de agosto de 1983 a una fuerte tensión. Una compañía de la Policía Nacional fue desplegada en el interior y exterior del Ayuntamiento de Bilbao durante toda la Semana Grande bilbaína, mientras el alcalde y los corporativos del PNV, Herri Batasuna y Euskadiko Ezkerra mantenían su decisión de trasladar la actividad municipal, en tanto durase la presencia policial, a otro edificio.

El entonces lendakari, Carlos Garaikoetxea, expresó su apoyo al alcalde de Bilbao.

En el verano de 1984 se repitieron con menos intensidad los incidentes relacionados con la colocación de banderas en las fiestas patronales vascas, aunque las fuerzas de seguridad debieron intervenir en varias ocasiones para retirar ikurriñas que ondeaban en varios ayuntamientos sin la presencia de la bandera española. En Bilbao, fuerzas de la Policía Nacional acudieron el 19 de agosto, por orden del gobernador civil, a las inmediaciones del Ayuntamiento y, tras clavar tres mástiles en los jardines que rodean el edificio consistorial, izaron la bandera constitucional, la ikurriña y la enseña local. El Ayuntamiento no debatió ese año la conveniencia o no de exhibir las banderas porque la fachada del edificio estaba desde 10 días antes en plena operación de limpieza y cubierta por lonas.

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