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Parece estar confirmada la decisión de trasladar el hospital central de la Cruz Roja de la avenida de la Reina Victoria a Getafe.Naturalmente no puedo discutir las razones técnicas alegadas por los responsables del desgraciado proyecto, pero sí puntualizar ciertos aspectos humanos e históricos que están siendo ocultados, como si no existieran, y que los máximos responsables de la Cruz Roja Española debieran respetar y proteger.

El hospital central de la Cruz Roja representa algo más que un conjunto de camas e instrumental sanitario cuyo destino es ofrecer beneficios; no creo que tal fuese la intención de la reina Victoria Eugenia cuando lo hizo crecer, en el corazón del barrio de Chamberí, para mejorar la condición de vida de sus habitantes, obreros en su mayoría. Allí, la Corona hizo una de sus mejores obras públicas en beneficio del pueblo de Madrid. Y al mismo acude la familia real en casos de urgencia.

Resulta humanamente imposible hablar de traslado, pues intentarlo equivale a consumar su destrucción como el centro que ahora conocemos. Un hospital lo forman mujeres y hombres de carne y hueso, ayudado de material sanitario e instalaciones. Pero, sobre todo, es un equipo profesional motivado y fundido con su entorno humano. No es creíble que el hospital de la Cruz Roja esté donde se halle su instrumental y sus camas; tanto daría, si no, trasladarlo a Etiopía en lugar de a Getafe.

Flaco servicio hace este traslado al pueblo de Getafe, necesitado, hace ya varios años, de un hospital propio adecuado a sus peculiaridades sanitarias, con nuevos equipos humanos e instrumentales. Y flaco servicio le hace este despropósito a Madrid y al barrio de Chamberí, despojándole de su hospital, con todas las negativas consecuencias, y robándole una parte de su historia en aras de yo qué sé qué resultados económicos, los cuales, a fin de cuentas, nadie conoce, salvo sus responsables directos.