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Un paraguas transparente

Desde el pasado martes, TVE emite un anuncio institucional que recomienda el uso de preservativos

AZUCENA CRIADO / ROSANA TORRES, En una reciente visita a nuestro país, Robert Gallo, descubridor del virus del SIDA, manifestó que se puede frenar el avance de la denominada peste del siglo XX "si la población es sensata". La sensatez consiste, básicamente, en ser "estrictamente monógamo" o, en caso contrario, usar preservativo. Cada vez son más los gobiernos que transmiten este mensaje utilizando la pantalla de televisión como el vehículo adecuado para alertar sobre los riesgos del sexo. Desde el martes pasado, los españoles pueden ver en TVE cómo una joven se ajusta su pantalón, entra en una discoteca y sale con un chico, guarecidos ambos bajo un paraguas transparente. Casi simultáneamente aparece una mano sosteniendo un preservativo.

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Así, en apenas 20 segundos se intenta transmitir un mensaje "tranquilizador y nada alarmista, porque nosotros", dice Carmen Arredondo, asesora en el Ministerio de Sanidad, "no hemos sido nunca partidarios de asustar a la gente. El mensaje no es qué horror el SIDA, sino protégete contra el SIDA. Además se ha dirigido especialmente a los jóvenes por que son los que cambian de pareja con más frecuencia".En algunos países se ha intentando cambiar los hábitos sexuales de la población con anuncios salpicados por imágenes tétricas, como lápidas de aspecto fálico o la muerte misma con su inseparable guadaña, que siega implacable a la población. En otros, en cambio, se intenta desdramatizar los riesgos de contraer el Síndrome de Inmunodeficiencia Humana Adquirida, apostando abiertamente por la vida. El anuncio institucional que desde el pasado martes intenta acercar el preservativo a los españoles desde las pantallas de televisión se inscribe claramente entre estos últimos.

"Puede decirse que estamos aprendiendo de los errores ajenos", continúa Carmen Arredondo, "porque se ha visto que las campañas tremendistas no dan buen resultado y, ahora, la línea del resto del mundo está también por desdramatizar el SIDA". La emisión del anuncio se prolongará hasta mediados de septiembre coincidiendo con horas de máxima audiencia. Para la realización de esta campaña, que tiene un coste de 74 millones, el Ministerio de Sanidad convocó un concurso público restringido, al que concurrieron sólo tres agencias de publicidad. La televisión ha sido, en la mayoría de los países, el último medio de comunicación en el que han aparecido estos anuncios.

Las campañas profesionales de información para el público en general, encargadas a empresas publicitarias por las diferentes administraciones estatales, empezaron en Estados Unidos y Reino Unido. Poco tiempo después, aparecen campañas similares en la República Federal de Alemania, Escandinavia, Francia, Holanda, Suiza y Australia.

Los países que han abordado en televisión campañas de prevención contra el SIDA no se han planteado objetivos similares al incidir en el terreno psíquico sobre la población, aunque todos ellos sí tienen en común un objetivo: alterar la conducta sexual individual y, en- algunos casos concretos, apoyar a determinados grupos sin discriminarlos. En un principio, hasta este año, la única publicidad existente la realizaban los distintos grupos de ayuda, no dependientes de la Administración, surgidos en varias naciones.PolémicaEn todos los países mencionados las campañas televisivas de prevención del SIDA han levantado polémicas que no fueron suscitadas, en cambio, por la aparición -de campañas similares en otros medios de comunicación, y en todos ellos también sólo han aparecido estos anuncios cuando se ha comprobado que el SIDA no es una enfermedad limitada a los denominados grupos de riesgo (homosexuales, drogadictos, hemofílicos y prostitutas), sino que amenaza a toda la población, identificándose cada vez más como una enfermedad de transmisión sexual.

Klemens Koening, una de las figuras relevantes en el campo publicitario como experto en SIDA y comunicación, sabe que en los spots sobre SIDA entran en juego muchos aspectos: "En la información sobre el SIDA hay que plantearse muchas veces campañas que deben estar ligadas con los valores morales y éticos de una nación. En España e Italia, por ejemplo, sería casi inconcebible utilizar la misma estrategia que en Escandinavia".

Koening, a quien consultan numerosas casas de publicidad que tienen que afrontar campañas de esta índole, piensa que se debe aprender a dejar de lado muchos puntos de vista y principios morales: "La población tiene capacidad para aceptar más información y aceptará más de lo que pensamos en estos momentos".ParadojasEn Francia, por ejemplo, para que fuera posible emitir esos anuncios tuvieron que cambiar la legislación, ya que estaba prohibido anunciar preservativos en la pequeña pantalla. Se han dado también situaciones paradójicas, como la de Alemania Occidental, donde un gobierno conservador y una minístra de Sanidad, Rita Süssmuth, católica practicante que apoya y defiende el contenido de la encíclica papal Humanae vitae, apoyaron tambien las recomendaciones para el uso de preservativos. La unica región donde no se realizó esta campaña fue la bávara, donde el gobierno, debido, al parecer, por razones morales y políticas, está en contra de la recomendación del uso de condones. No obstante, una encuesta realizada en la República Federal Alemana en el año 1986 demuestra que las tres palabras más utilizadas por la población fueron 'Chernobil', 'Abandono' -de la energía nuclear- y 'SIDA'.

Australia ha realizado hasta el momento dos spots. Uno totalmente placentero en el que sobre una idílica imagen marina se habla sobre el peligro del SIDA. Las agencias publicitarias sondearon,el efecto de este spot, averiguándose que no era muy, eficaz. Por ello, se realizó otro en el que la imagen de la muerte va segando con su guadaña a la población, por miles. Al tiempo se recomienda el uso de condones y una voz en off informa: "El SIDA podría matar más australianos que la Segunda Guerra Mundial". Las encuestas posteriores al anuncio revelaron que la población no quería ni oír hablar del SIDA.

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