El Gobierno peruano califica de "irreversible" la nacionalización bancaria

El presidente peruano, Alan García, declaró ayer como hecho "irreversible" la nacionalización de 10 bancos, 17 compañías de seguros y 6 entidades financieras, asegurando que la propuesta irá hasta el final en pro de una gran revolución democrática en beneficio de los más pobres.Sin embargo, la Asociación de Bancos del Perú continúa insistiendo en la suspensión judicial de las intervenciones iniciadas el jueves, y ha reiterado que mañana volverán a reasumir sus funciones los directivos bancarios, acogiéndose a un fallo judicial emitido en la noche del viernes y que el Gobierno asegura desconocer.

El ministro de Economía, Gustavo Saberbein, ha garantizado que el Gobierno dispone de fondos suficientes para asumir las indemnizaciones del sector, que fuentes extraoficiales cifran en algo más de 1.000 millones de dólares (128.000 millones de pesetas).

El APRA, partido en el poder, ha convocado para el viernes 7, en la céntrica plaza de Armas limeña, un mitin de apoyo a las medidas nacionalistas. La intervención estatal iniciada el viernes es previa a la nacionalización que ha de votar el Congreso peruano en los próximos 120 días.

Si bien las voces de apoyo a la propuesta se extienden en el frente de Izquierda Unida (IU), la mayor agrupación opositora en el Parlamento, el rechazo se concentra en los empresarios y el juez Guillermo Ramos Otero, que ha aceptado el recurso de amparo elevado por algunos de los propietarios intervenidos.

La respuesta gubernamental a la supuesta inconstitucionalidad de las intervenciones y de la futura nacionalización ha sido recordar su legitimidad y el articulado constitucional. Ante los periodistas extranjeros, García insistió en el carácter popular y de defensa de los más pobres de su Gobierno, señalando que "mi única defensa, mi única arma, es la Constitución", mientras mantenía muy cerca y ojeaba una copia de la Carta Fundamental. El freno a la especulación cambiaria y a la fuga de divisas, la urgencia de descentralizar el crédito, incentivar el ahorro y la producción como inversión interna y eliminar la concentración de riquezas en circuitos financieros de "presión política" parece constituir el engranaje central de la nueva política de nacionalización peruana.