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Crítica:22º FESTIVAL DE JAZZ DE SAN SEBASTIÁN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un niño grandullón llamado Dexter

M. J., ¿Quién es en verdad el músico protagonista de la película Round midgnith, ese tal Dale Turner?. ¿Es un saxofónista nacido de la fértil imaginación del cineasta francés Bertrand Tavernier o, por el contrario, se trata de un ser real?.

Dale Turner apareció un buen día en medio de Europa, emergió de pronto en el escenario de un club de jazz del barrio Latino parisiense. Era un hombre que traía consigo todo un pasado glorioso a sus espaldas, pero le quedaba un futuro incierto frente a él.

Un resucitado

A medida que las imágenes de la película de Bertrand Tavernier Round midnight van avanzando comprendemos que Dale Turner no es otro, no puede se otro que Dexter Gordon, y que los retazos de Bud Powell o de Charlie Parker que se cruzan entre sus recuerdos y comportamientos son los destellos de una personalidad universal y diversificada.

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Monstruos eternos

Dexter Gordon fue durante algún tiempo Dale Turner pero ahora, en julio de 1987, vuelve a ser Dexter Gordon. En el film de Tavernier el saxofonista muere en algun lugar de su reencontrado Nueva York. Pero en la vida real, Dexter Gordon ha resucitado, y no parece dispuesto a dejarse engullir por las sombras.

Cuando ya todos hablaban de él como de una cita enciclopédica en la historia del jazz, el saxofonista californiano se ha empeñado en demostrar la necedad de aquellos que ya habían puesto el punto final a su trayectoria musical. Y ahora Dexter Gordon regresa bajo los focos por todo lo alto y hasta le eligen como candidato para un Oscar de la Academia de Hollywood por interpretarse magistralmente a sí mismo bajo la identidad de un tal Dale Turner a la búsqueda de su futuro.

En el lanzamiento europeo de la película Round midnight, la publicidad hablaba del "nacimiento de una estrella cinematográfica a los 60 años", una estrella cinematográfica capaz de conmover y emocionar a públicos de las más diferentes procedencias. La publicidad olvidaba que Dexter Gordon lleva cuatro décadas conmoviendo y emocionando con su saxo tenor, y que en la película de Bertrand Tavernier son casi tan emotivos los fragmentos musicales como los dialogados.

Por una vez, y sin que sirva de precedente, los aficionados al jazz han de estarle mucho más que agradecidos a una película. Dexter Gordon ha vuelto a los escenarios gracias a Round midnight y lo ha hecho en perfecta forma física y psíquica, con su buen humor de siempre, su andar cadencioso, su vocalización lenta, ronca y matizada y su gesticulación entrañable.

Susurros y arrullos

Pero lo más importante sucede cuando Dexter Gordon cierra los ojos, encoje los hombros, desliza sus dedos por las llaves de su viejo Selmer y sopla. Sopla de forma escalofriante: y senstial, con un deseo de supervivencia capaz de romper cualquier barrera idiomática. Y es entonces cuando el público, jazzistico o no, se deja envolver entre susurros y arrullos por un swing sin límites ni hcrizontes.

Y en estos instantes Dexter Gordon sonríe e irradia felicidad, la felicidad de un niño al que acaban de regalarle su primer saxofán. Y es que, en el fondo, Dexter es un niño, siempre ha sido un niño en un cuerpo de gigante, con una dulce mirada azul y una reconfortante sonrisa imperturbable.

Dexter Gordon, un niño bueno y malicioso que cuando, al llegar a San Sebastián, se enteró de que pasaban Round midnight pidió, antes que cualquier otra cosa, asistir a la proyección de la película.

Porque a los niños, por grandullones que sean, les gista verse retratados y recordar aunque todavía tengan, corrio la tiene el bueno de Dexter, toda una vida por delante.

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