La 'ola naranja' se apodera de Lisboa
Miles y miles de lisboetas vestidos de naranja de la cabeza a los pies, cubiertos de pegatinas con el retrato del primer ministro, Aníbal Cavaco Silva, y agitando frenéticamente banderas del Partido Social Demócrata (PSD) festejaron en la calle, en la madrugada del lunes, la histórica victoria de su líder.Cuando Cavaco Silva apareció, de la mano de su mujer, María, en el balcón del hotel donde estaba instalado el cuartel general del PSD en la noche de las elecciones, arnbos fueron saludados con gritos interminables de "¡viva Cavaco!", "¡viva Portugal!", ,,¡victoria!".
Pero la calle era demasiado estrecha para todos aquellos que querían ver de cerca y, tal vez, tocar al triunfador, y Cavaco Silva tuvo que acudir a la gran plaza donde dos días antes el PSD había reallizado el mitin final de su campaña electoral en Lisboa.
Por dos veces, Anílbal Cavaco Silva repitió el texto de sus primeras declaraciones a la Prensa, después de la confirmación oficial de su victoria. En ningún momento la emoción y el frenético entusiasmo del público llevaron a Cavaco Silva a abandonar el tono solemne y el gesto un tanto rígido de hombre de Estado que adoptó como imagen pública desde que llegó al poder.
Prometió ser "el primer ministro de todos los portugueses" y trabajar con más dedicación que nunca "para el progreso de Portugal y el bienestar de todos, sin distinciones de ideología o de partido".
Reafirmó que no quiere que esta victoria sea "la derrota de nadie" y, tal vez consciente del carácter excesivo de su triunfo personal, invité sobre todo a los más jóvenes de sus partidarios a la tolerancia al diálogo y "al respeto de aquellos que fueron nuestros adversarios en esta dura batalla".
No se registraron incidentes en la calle, pero en el interior del cuartel general del PSD eran también visibles las sonrisas forzadas de algunos ex barones del PSD.
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