Estrepitosa caída de los 'renovadores' del ex presidente Eanes
La irresistible ascensión de los socialdemócratas portugueses, de la mano de su líder, Anibal Cavaco Silva, que lograron en las elecciones legislativas y al Parlamento Europeo, celebradas el pasado domingo, la mayoría absoluta con más del 50% de los votos emitidos, tuvo su contraste en la estrepitosa caída del Partido Renovador Democrático (PRD), del ex presidente Antonio Ramalho Eanes, que perdió dos tercios (13 puntos) del electorado que había conquistado en los comicios de 1985.
La caída del Partido Renovador Democrático fue el signo más espectacular del fuerte retroceso global del centro izquierda y de la izquierda en Portugal, del que el Partido Socialista (PS), de Vítor Constancio, apenas ha escapado, ya que logró capear el vendaval cavaquista aumentando ligeramente sus posiciones, lo que, según su líder, lo convierte en "la única alternativa de la izquierda democrática".Los comunistas de Álvaro Cunhal, que articularon para estas elecciones la Coalición Democrática Unitaria (CDU), retrocedieron tres puntos, aunque, merced a la caída experimentada por los eanistas, pasan a ser la tercera fuerza política, con algo más de la mitad de los votos obtenidos por los socialistas. Éstos continúan siendo claramente la primera fuerza de la oposición.
En una ingrata confluencia de dolencia personal y dolencia política, el genetal Antonio Ramalho Eanes tuvo que ser operado de apendicitis en la medianoche del domingo, poco después de que se supiera la magnitud del retroceso de su partido.
Antes de ir al hospital Militar de Lisboa, donde fue realizada la intervención, Eanes acudió a la sede de su partido, donde, ante sus consternados partidarios, asumió la derrota, felicitó al ganador y prometió analizar "cuidadosamente" los "sorprendentes" resultados obtenidos. Éstos borran las expectativos del PRD de ser la base para una alternativa de centro izquierda, pregonada durante la campaña, y plantean una seria incógnita sobre el futuro político de Eanes.
Aunque las traslaciones de votos entre los partidos no pueden aplicarse en estas elecciones mecánicamente, resulta muy probable que gran parte de los votos perdidos por el ex presidente Eanes hayan ido a las arcas de Cavaco Silva, lo que resulta significativo si se piensa que la caída del Gobierno socialdemócrata -que precedió a éstas elecciones generales- se produjo tras una moción de censura que presentó el propio PRD y que apoyaron comunistas y socialistas.
Mensaje sin respuesta
En un momento en que las promesas de "estabilidad" y "futuro" aparecen como los factores de movilización del electorado portugués en favor de un líder carismático, el mensaje moralizador del adusto Eanes no encontró la receptividad que sí tuvo en 1985, cuando su partido convenció como posible alternativa a los desgastes y divisiones de los socialdemócratas y socialistas.Estos últimos han recibido ahora un mensaje agridulce del electorado. La noche de las elecciones, en la sede lisboeta del PS se palpaba un sentimiento contradictorio, de contrariedad por el gran ascenso del PSD y la relativa satisfacción por "los razonables" resultados obtenidos, aunque no se haya producido el crecimiento que algunos de sus dirigentes esperaban.
"Acepto la derrota y asumo las responsabilidades que se derivan de ella", dijo el socialista Vítor Constancio esa noche, y prometió "luchar por el reconocimiento de los derechos de la oposición", por la "reunificación de la izquierda portuguesa, la dignificación del Parlamento" y "contra el clientelismo y las discriminaciones, en especial en los lugares de trabajo".
Constancio afirmó que Cavaco Silva aprovechó hábilmente la coyuntura económica favorable y "un deseo de estabilidad del pueblo portugués". También se manifestó dispuesto a negociar un "acuerdo global" para una reforma de la Constitución, ya que los socialdemócratas necesitarán el concurso de los socialistas para realizarla con el apoyo de los dos tercios del Parlamento como es preceptivo.
Los comunistas identificaron el resultado electoral con "una victoria de la derecha" y "una derrota de la democracia".
Álvaro Cunhal, tras acusar de manipulación al Gobierno del PSD por el tratamiento informativo de los medios oficiales a la campaña, dijo que la división de "las fuerzas democráticas" había sido un importante factor de los resultados. El líder comunista, aunque admitió que CDU había sufrido "una baja", no analizó sus causas ni sus posibles implicaciones para el futuro.
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