Deudas del Estado
En EL PAÍS del jueves 11 de junio de este año, en la página 34 y con el título La menguada herencia del pantano de la Tranquera, hablan ustedes de un pantano construido en la provincia de Zaragoza en el que 20 años más tarde se han cobrado unas cantidades que dan risa. Pues bien, en Almería, los pueblos de Beninar, Darrícal y Lucainena (anejo de Darrícal) están en el camino de sufrir la misma suerte.Desde que me conozco está en marcha el proceso del pantano de Benínar. En el año 1974 hubo una crecida del río que destrozó la vega, que era de lo que comía esta gente, y dejó a muchos sin comer. Entonces se aceleraron los trámites y pronto se empezó a construir la presa.
El pueblo de Benínar, que iba a quedar bajo el agua, se unió, y con la ayuda del cura consiguió que se agilizaran los trámites de expropiación y las indemnizaciones; pero los otros dos, a los que afectaba el problema tan de inmediato, lo dejaron, arreílaron lo imprescindible y esperaron el proceso normal, que dicen que el Estado vela por los intereses de los gobernados. Como la cosa se prolongaba, cada cual fue buscándose la vida; muchos se fueron del pueblo, disminuyó el número de niños y se cerraron las escuelas, con lo que los demás también se fueron; sólo quedaron los que no tenían niños y los que ya, a sus años, ¿a dónde voy a iique esté peor que aquí?
Los que se fueron pidieron préstamos para poder iniciar una nueva vida, y hay algunos que aún no los han devuelto y aún buscan dónde colocarse. El dine
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Deudas del Estado
Viene de la página anteriorro sigue perdiendo valor y sus casas y sus fincas (minifundios alpujarreños que siempre ha dado escasamene para vivir) también. Cuando a la Administración no se le pagan sus tasas dentro de unos plazos se hace el ciudadano acreedor a una multa y a unos recargos de demora... ¿Ocurría algo parecido al revés?
Si se les da el dinero ahora, tal vez sirva para pagar parte de alguna casa, de tierra, o de yo qué sé, pero si no se les da tendrán que seguir pidiendo préstamos para pagar los anteriores o para reventar por ahí debajo de alguna mata con una botella de matasistos en la barriga, cuando ellos, con lo que tenían, vivían-
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